Bellas esperanzas parte 2 (verdades )

Capitulo 7

Anna, Fanny y Catherine estaban trabajando en la escuelita en el East End, estaban planeando la siguiente clase, cuando de pronto sintieron un estruendo provocado por Joseph un muchacho despabilado y divertido; pero demasiado audaz y travieso. La historia de su caída se había suscitado, tras haber apostado con sus compañeros, que era capaz de atravesar el techo de la escuelita corriendo.

Cuando las tres mujeres escucharon un fuerte ruido en el patio, salieron raudamente para ver lo que ocurría y se encontraron con una escena que las aterrorizo. Vieron a Joseph tirado en el suelo boca abajo. El peor de los pensamientos atravesó por sus mentes. Lo estaban prácticamente dando por muerto, pero cuando se acercaron, dieron las gracias al cielo porque aquella criatura aun respiraba y parecía estar levemente consciente.

Cuando por fin pareció estar más despierto, soltó un sonido desgarrado de dolor que hizo eco por todo el patio. Su pierna izquierda estaba gravemente fracturada. Al perecer no había salido tan ileso de su travesura.

Anna le pido uno de los muchachos mayores que fue a buscar a él viejo doctor King, un viejo huraño, que era uno de los pocos, sino el único, que se atrevía a transitar por el East End. Cobraba precios exagerados a personas que no contaban con los recursos. Lamentablemente, era con lo único que contaban en esos momentos. La presencia de ese Viejo miserable como dijo Anna solo sirvió para ponerlas más nerviosas. Resultaba al final el doctor King era un médico de cabecera y no cirujano así que les informo que: --él no podía hacer nada por el muchacho, pero de igual forma su tiempo valía oro - así que tuvieron que pagar por la consulta de igual forma. Sino hubiera sido por la tranquilidad de Catherine, Anna hubiera sido capaz de golpear a aquel hombre – ¿Y QUE HACEMOS AHORA? – Catherine se quedó pensativa, habían mandado a buscar a la madre de Joseph a la fábrica, pero la mujer aun no aparecía, así que la decisión tendría que tomarla entre ellas.

Trasladémoslo al hospital – dijo Catherine- Ningún doctor querrá entrar aquí y llevarlo al hospital de Londres. Las tres mujeres estuvieron de acuerdo con la idea pidieron un coche y se llevaron a Joseph con ellas. El muchacho iba prácticamente inconsciente al menos el doctor King se había dignado a administrarle un poco de morfina antes de partir. Cuando por fin llegaron al lugar ajetreadas y pidiéndole con urgencia atención. Las enfermeras que estaban en la recepción las enviaron a esperar la atención porque no había ni camas, ni médicos disponibles. Paso más de veinte minutos y no lograban hacer que atendieran a Joseph. Pero casi en un milagro del destino apareció en la recepción del hospital Lord Havisham, que se quedó sorprendido por la presencia de las tres mujeres en la sala. Catherine se olvidó de sus reticencias y camino raudamente para hablar con él.

-señoritas que hacen ustedes aquí – dijo curioso

-Milord ¿es usted cirujano verdad? - pregunto en respuesta

-Si señorita, en la Indias orientales serví como cirujano en el ejército, comprenderá que hace algunos años que no ejerzo como tal.

-Por favor Milord seria usted tan amable de ayudarnos. Hay un muchacho gravemente herido.

-Por supuesto – respondió sin dudar- ¿Dónde se encuentra?

-Esta allí – dijo Catherine señalando con su mano el lugar donde se encontraba el niño inconsciente, en el regazo de Anna.

El vizconde rápidamente tomo al niño entre sus brazos y se dirigió hacia una de las enfermeras para ordenarle que dispusiera una sala para atender el muchacho. En un principio una de ellas se mostro algo en renuente y le indico que tenían que esperar. Pero él no acepto un no por respuesta y finalmente, la testaruda mujer tuvo que ceder y procedió a pedir a una de sus subalternas que dirigiera al Lord a una de las salas reservadas que se encontraban en el segundo piso. El grupo siguió el camino