La mañana siguiente cae con más rapidez de la que Jean es capaz de admitir. Durante el resto de su día en el puerto de Liyue recorrió cada uno de los puestos junto con la animada capitana. Para cuando llegó la noche, Beidou explicó con sencillez que si bien Ningguang era una mujer razonable, no podían simplemente ignorar sus órdenes.
- La respetas profundamente-observó la Gran Maestra, con curiosidad apenas perceptible
Al lado suyo, mientras caminaban hacia la plataforma que les llevaría a los aires, la más baja comentó;
- Es una mujer admirable. No te conviene no hacer tratos con ella... Por años busqué cómo salir de sus redes pero el tiempo me enseñó que tener a Ningguang de socia es mejor que tenerla de amenaza potencial...
Nuevamente la elección de palabras captura el interés de la rubia. A primera vista, Beidou parecía ser una mujer bastante relajada. Imaginaba que las conversaciones con ella serían de esa manera. No muy distinto a lo que ocurría cuando conversaba con Kaeya, por mencionar un ejemplo. Curiosamente, tal como el joven hombre, la dama de visión electro poseía un aura misteriosa que la atraía sin remedio. Pocas veces Jean deseo revelar un secreto.
Beidou era un misterio que deseaba comprender a profundidad.
- ¿Potencial...? -repitió con cuidado, dibujando apenas una sonrisa suave- ¿Nunca llegó a ser tu enemiga?
La reacción de la otra no le sorprende. Beidou no intenta ocultar la risotada que sale de su boca. Ni mide los movimientos de su cuerpo cuando su mano da un golpe al aire, restándole importancia.
- No puedo pensar en un solo enemigo para ella -admitió- Ningguang no es del tipo que tiene enemigos por todos lados... Si tiene un némesis, ten por seguro que no es cualquier cosa.
Visto de esa manera, Jean se sintió identificada. En una posición como la suya, no era difícil hacerse de "enemigos". Sin embargo, no por ello podía tratar a todos con la misma seriedad. Jean, al menos, no tenía la libertad de saltar a batalla a la menor oportunidad.
- Así que si pudiera resumirlo - continúa la morena, con interés- Ella es simplemente
- Admirable -concuerda Jean, pronunciando la misma palabra que la otra sin darse cuenta
Beidou parece especialmente complacida. No era totalmente inconsciente del efecto que Ningguang tenía en las personas; más de uno le odiaba sin razón coherente. Aunque poseía defectos como cualquiera, en opinión de la capitana cada atributo la hacia sencillamente maravillosa.
- Lo es -acepta Beidou, suspirando apenas
Casi podía escuchar a cierto bardo repitiendo incansable como su admiración rozaba peligrosamente en la obsesión amorosa. Hecho que no parecía tener sentido para la mayor.
No amaba a Ningguang, pero incluso así, la admiraba.
Si no fuera porque le molestaba escucharlo, Beidou reafirmaría que ella era la única razón por la cual aprendería a rezar.
Y sí, quizá era una admiración que rozaba en la obsesión, luego de tantos años juntas, pero ¿qué más daba?
Con la distancia siendo la única constante, la imagen que tenía de ella era sagrada.
Era la única amiga que no cambiaba sin importar cuánto tiempo estuviera lejos de ella.
Eso era lo que más le sorprendía.
- No necesitas consultar cada vez que vengas a visitarla. Aunque tiene un horario inhumano, nunca rechaza a un invitado directamente.
Beidou sube entonces a la roca que les alzará, y nota la indecisión momentánea en la expresión de la otra. A esas horas de la noche el guardia no está, por lo que nadie puede presenciar lo adorable que es el gesto de Jean al dudar.
- Jean - llama Beidou, sonriendo de manera tenue - ¿Necesitas ayuda?
Las mejillas sonrojadas son totalmente honestas, pese a que la voz le toma más tiempo ser así de sincera. Asintiendo débilmente Jean toma la mano que le ofrece y sube a la plataforma. Su cuerpo tiembla ligeramente cuando la estructura vibra.
Beidou intenta no reír demasiado. Se ve reflejada en la menor. Cuando ella subió por primera vez, Ningguang necesitó habilitar un área de enfermería.
Sobraba decir que sus hombres pensaron que era un secuestro, pero eso era otra historia.
- Puedes agarrarte de mi, si te sientes más cómoda - sugirió Beidou, notando como Jean intentaba mantener el equilibrio
Era irónico pensar que siendo una mujer con visión anemo, tuviese terror a las alturas.
Nada diferente a la primera vez que ella vio una tormenta, muchos años atrás.
- Gracias... -murmura Jean, un tanto avergonzada de sí
Beidou no parece perturbada, ni decepcionada. Y Jean agradece que sea lo suficientemente amable como para no bromear al respecto de manera inmediata. Al llegar hasta la Cámara de Jade una de las asistentes de Ningguang le esperaba. Cuando le guía al interior, Jean disminuye sus pasos momentáneamente. Atrae la atención de la morena con un gesto y deja escapar la duda que le persigue desde temprano;
-Tu... Ningguang, y tú -intenta decir, pero la oración no llega a formularse
La capitana toma un segundo entero de silencio antes de comprender, cuando lo hace, su sonrisa se ensancha.
-Oh, no. Claro que no... -dice, riéndose levemente, retomando la marcha- Es una amiga.
Están a unos cuantos pasos de la peli-blanco cuando Beidou agrega;
-Aunque no me molestaría si quieres ser más que eso, conmigo...
Ningguang no comenta nada sobre el sonrojo profundo en las mejillas de la Gran Maestra cuando les alcanza; conoce demasiado bien a la morena como para no tener sospechas.
"Se había demorado demasiado" razona, incapaz de decidir si era a su retraso para llegar, o a mostrar su interés por la otra.
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Tormenta (Genshin Impact - Beidou x Jean)
FanfictionSu relación era como una tormenta. En apariencia caótica e incontrolable; desde dentro, todo se mantenía en calma. 🌪️ Beidou x Jean ✨