Yo era una niña feliz, tenía "amigos" los cuales no eran de verdad. Ellos para mí sí lo eran, pero yo para ellos era prescindible. No me di cuenta de eso hasta años después.
Llegó el colegio, y con ello, todos mis problemas. Me pusieron gafas con 5 años, ahí empezó todo. "Gafotas" "cuatro ojos" era lo más usual que me decían pero, es cosa de niños ¿No?. No me afectaba mucho, pero deseaba no llevar gafas.
En casa las cosas tampoco eran mejores, solo jugaba con mis primas, pero también me sentía reemplazable. Cuando nos enfadabamos una de ellas incluso llegaba a las manos, hubo una vez que casi me rompe las gafas, cosa que desee para no tener que ir más con ellas.
Luego llegó primaria, ahí empecé a dejar de ser tan activa y comencé a engordar y, como no, empezaron los insultos "gorda" "foca" "mamut" y un sin fin más, eso junto a las bromas con mi nombre "diana de dardos". No quería ir al colegio, pero no podía decir por qué, era humillante. Mi madre se cabreaba conmigo, era comprensible, mi hermano y yo no estábamos muy unidos, pues el tenía sus problemas también, y con mi padre es el único con el que me acuerdo tener algo más de amistad, pero era muy solitaria, puesto que pensaba que todos pensaban igual que los que se metían conmigo.
Nos mudamos a una casa en el campo, donde jugaba yo sola. Mi hermano traía a amigos a casa y, como no se metían conmigo (que yo sepa) intentaba juntarme con ellos para no estar tan sola pero, como es obvio, no eran mis amigos y no querían estar conmigo.
Al tiempo, del estrés empecé a arrancarme el pelo a mechones, esto es algo de lo que no me acuerdo mucho, pero mis padres si, y con dolor. Mi madre siempre me cepillaba el pelo, pero yo dejé de querer que lo hiciera, hubo un día que lo consiguió y vio que tenía calvas (del tamaño de una moneda de 2€) por todo el cuero cabelludo. ella, pensando que era algo malo me llevo al médico, el cual en cuanto lo vio supo que se metían conmigo. Ahí fue cuando mis padres lo descubrieron todo. Mi madre fue a hablar con la directora, pero no hizo nada y los abusos seguían.
Como se cabrearon me acorralaron en una esquina del patio, empezaron a pegarme y estirarme del pelo y a insultarme, había profesoras delante, pero no hicieron nada, lo que afianzó mi pensamiento de que todos pensaban que era una gorda cuatro ojos que no servía para nada.
Encima a eso se juntó que en 2011 mis padres decidieron divorciarse, algo que, para una niña, afecta bastante.
No tenía a nadie, estaba sola. Sola y destrozada.
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Mi Historia
Non-Fictioncuento mi vida a través de cómo la he sentido y como la siento para ayudar a los demás a ver qué no están solos.