Algo que debo recordar.

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Al terminar, salí del instituto. Tendría que ir al cerrajero para sacarle una copia de las llaves a mi abuela.
Caminé unos metros y entonces recibí un whatsapp.

Beth: "Heeeeey reportate, maldita sea."

Yo: "Jajajaja holaaa. Si, si. También te extraño. "

Beth: "Babosa  Oyeeee! Espero no tener que preocuparme porque me quites a Ruben, verdad?!  "

Yo: "Oh, claro que si.  . Es más, justo ahora voy para el centro, espero que este aquí."

Beth: "Que hija da puta!!!!!  "

Yo: "Omg omg omg omg!!!!  "

Beth: "queeeeeeé? Qué pasa?! ______! "

Yo: "Weeeey! El rubiusss!! "

Beth: "No mames! ________! No mamessss!!! es neta!!?"

Yo: "No."
Visto: 12:39

Yo: "Oh, vamos! Sabes que tenía que hacerlo. "
Visto: 12:41

Yo: "Beeeeeth... "
Visto: 12:43

Yo: "Bueno, como quieras."

Volví mi vista para en frente. No me di cuenta que ya había caminado una cuadra entera. Me detuve en la esquina.
Una chica iba pasando así que le pregunté.

-Oye... Hola, disculpa, ¿me podrías decir donde puedo encontrar un cerrajero?

Ella con una sonrisa en los labios me dijo

-Claro. ¿Ves ese faro de allá?- me comentó mientras señalaba a lo lejos un faro. Asentí una vez.- Bien, pues de esa esquina doblas a mano izquierda y caminas 4 cuadras, después a la derecha otras 2 y finalmente, doblas 3 a la izquierda. Allí encontraras un centro comercial. Entra, busca el McDonalds más pequeño y tres locales más está el cerrajero.- iba tan rápido que solo logré escuchar faro.- Que pases un lindo día.- dijo y se fue.

-¿Qué?.- dije para mi misma en un susurro.

-Creo que dijo que en el centro comercial, justo a donde ahora me dirijo, esta el cerrajero que tu buscas.

Esa voz.

Yo conocía esa voz. Me giré para comprobar si era verdad y si. Ahí, justo frente mío estaba él. Con su pelo negro y lacio, su barbita cagada y esas cejas que me encantaban. Me miraba divertido, sonriendo. Yo me recompuse de la primera impresión y oculté mi fangirl que llevo dentro por un instante.

-¿Eh, disculpa, qué dijiste?

Le pregunte sin saber que contestar. Él volvió a sonreír.

-Que no te preocupéis, yo te llevo a donde el cerrajero.

Sonreí.

-Mi mamá me ha dicho que no me fie de los tíos desconocidos, y menos de los apuestos.
Dije con la cara de inocente que mejor me salía. Él rió.

-Vale, vale. Dime Alexby. ¿Y tú cómo te llamas?

-Vaya, un gusto Alexby. Soy _____.

Le dije con una sonrisa en la cara mientras nos dábamos un apretón de manos.
Caminamos hasta el centro comercial, los primeros minutos habían sido un tanto incómodos, nos habíamos quedado en silencio hasta que Alex decidió romperlo con una pregunta. Una muy importante.

-¿Te gustaría salir mañana en la noche? Unos amigos y yo vamos a una discoteca nueva. Te digo, porque no tengo con quien ir, y así sirve para que te salgas a divertir un poco. Ehh. ¿Qué dices?

Había dicho él un tanto avergonzado, durante su extensa pregunta yo había estado sonriendo.

-Claro, me gustaría, bastante.

Sonrió.

-Genial.

Llegamos al centro comercial, Alex me volteó a ver y dijo

- Toma mi numero, llama cuando quieras o manda textos o whatsapp. Lo que se te dé mejor.

Le sonreí mientras tomaba el papelito en donde había garabateado un número.

-Vale. Eso haré.

-Si. Bueno, fue un gusto ____. Nos vemos mañana, ¿Vale? ¡Llámame!.- gritó mientras se alejaba.

Me quede un momento parada afuera del cerrajero, viendo como Alexby se iba.

Oh mi Dios. Alexby11. Yo acababa de conocer a Alexby11.

Salí de mis pensamientos. Nesecitaba esas llaves. Así mañana llegaría a la hora que quisiera.

Llegué a la casa, mi abuela no había llegado, me alegré. Entré a su cuarto y coloqué el juego de llaves en su mesita de noche. Salí de allí.
Me senté en el sofá de la sala con bombón en mi regazo y comenzamos a ver la primera temporada de Glee. Amaba la primera temporada. Llegando al capitulo 9, apagué el televisor, tenía hambre. Mire el reloj, las 20:45. Me levanté del sofá y dejé a bombón en el suelo. Me dirigí a la cocina, le serví croquetas a la perra y luego me hice un sándwich de mermelada de maní con jalea.

-¡Cariño, ya llegué, corazón!

Era mi abuela, que quien desde la puerta gritaba su llegada. La quería mucho, mucho, pero a veces me molestaba con tantos apodos amorosos.

-Hola abuela.

Dije cuando hubo entrado a la cocina. Me abrazó fuerte y con una sonrisa en la cara dijo

-Obtuve el trabajo.

-¡Wow! ¡Dios, abuela, eso es genial!

Nos volvimos a abrazar.

-Si, cariño. Todo va excelente. A pero eso sí. Mañana vamos a turistear un poco. Y entró al trabajo hasta el lunes y hoy es miércoles así que... Hoy y mañana son para celebrar.

Reímos.

Destinados. (Ruben y tu).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora