Bajo las estrellas.

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-¿Hoy?

La insistencia del chico por verme me sorprende, sin darme cuenta le sonrío a la pantalla. 

-Si, ¿por qué no? El clima esta tan perfecto.

Miro al frente mientras asimilo los mensajes que acabo de leer; la película aún no termina, en la planta de arriba se escucha el agua de la regadera correr, lo que significa que mi madre se esta bañando, dejándome sola con Erik todavía un buen rato. Él sigue recargado en mi hombro, no me atrevo a moverme para mirarlo o acomodarme por miedo a despertarlo, estoy disfrutando mucho este momento.

-Por favor- dice el mensaje nuevo de Sam. 

-Justo ahora no puedo... lo siento.

-No te preocupes, te espero, tenemos toda la noche pero, quiero verte. 

No alcanzo a contestar de vuelta porque la cabeza de Erik se remueve antes de alejarse, no dije nada mientras escondo el teléfono debajo de mi pierna, y lo miro sonriendo, esperando que fuera mi mejor sonrisa. 

-Perdón, me dormí- dice con la voz ronca estirando los brazos para desperezarse. 

-No me digas- respondo de manera sarcástica antes de soltarme a reír. 

-Déjame- me da un leve empujón con su codo, que solo causa que mi torso se moviera unos centímetros, sonrío-, no había dormido bien en días. 

-Bueno- me acomodo en el sillón subiendo una pierna para quedar sentada frente a él-, cuando quieras podemos ver otra película aburrida para que descanses. 

Ríe de nuevo y sin poder evitarlo también lo hago, haría cualquier cosa en el mundo por conservar esa sonrisa. 

-Lo tendré en cuenta. 

Apago la televisión y pienso en Sam y en Erik, no quiero que Erik se valla, disfruté mucho estar con él pero también me emociona la idea de que Sam venga diez segundos solo para verme. Me quedo sentada junto a Erik viendo la televisión apagada solo esperando el siguiente movimiento; la película ya terminó y él esta despierto, ¿Qué sigue?

-Creo que debería irme- su voz hizo que dejara los pensamientos de lado y le pusiera atención al hecho de que mi día con Erik había terminado. 

-Esta bien- murmuro en un volumen suficiente para que me escuchara. Él se levanta del sillón y buscó su mochila y su sudadera. 

Cuanto esta listo para irse se despide de mi mamá (a gritos, porque ella seguía arriba) y lo acompaño hasta la parada de su autobús. En el camino no hablamos de nada serio, me daba la impresión de que solo hablábamos para llenar el silencio y evitar una conversación incómoda. 

Una vez en el punto, nos detenemos al tiempo que nos quedamos callados, con la poca luz que hay en el atardecer me mira y, con las manos metidas en las bolsas del pantalón se balancea sobre las puntas de sus pies mientras comenzaba a hablar. 

-Mira, Natalia...

-Wow, usaste mi nombre completo- hago la broma porque el ambiente se siente  tenso, él ríe.

-Si, pero, escucha. Quiero agradecerte, honestamente, me haz ayudado mucho, no solo hoy, sino durante todos estos años- no me mira a los ojos mientras hablaba, su mirada esta fija en nuestros zapatos-. Me haz hecho sentir muy especial y apoyado y... creo que cuando estaba con Mon muchas veces pensaba en ti, y no se...- en ese momento dejo de respirar- No sé, siento algo, hoy me sentí mejor de lo que me he sentido en días, y contigo... contigo siento que todo esta bien, que no necesito a nadie más, yo...

-Erik...

-No, espera. Déjame terminar- ahora me mira de frente, a los ojos, tan cerca que puedo sentir el calor de su aliento-. Nat, siento algo, definitivamente lo siento, pero...

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⏰ Última actualización: Apr 15, 2022 ⏰

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