capítulo 18.

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-sí sabes que hubiese estado bien que correspondieras ese casi beso, no?- Ochako estaba en el departamento de Camie

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-sí sabes que hubiese estado bien que correspondieras ese casi beso, no?- Ochako estaba en el departamento de Camie.

-vaya, lógico que lo digas mientras me intentas desconcentrar con tus besos y abrazos por la espalda- la rubia detrás suyo rió.

-ya te dije todas mis ideas, estuvimos viendo estos papeles una y otra vez durante cuatro horas, pero me dices que hay algo que no cuadra- la castaña asintió mientras se daba vuelta y la abrazaba por el cuello.

-es que, si de verdad todos son de Iida, como es que saben mi nueva dirección?- la contraria se encogió de hombros.

-no se, estás segura que no está a tú nombre?- ella asintió con un puchero, la más alta miró nuevamente sobre la mesa -Ocha creo que somos tontas o estamos muy estresadas, pero nos pasamos por alto algo...- la castaña se giró levemente a ver lo que decía la chica.

Leyeron aquel papel y rápidamente tuvo más cohesión todo lo que ocurría. La de menor estatura sonrió.

-CAMIE ERES UN GENIO- se besaron luego de eso.

-mejor, porque ya te extrañaba luego de años- Ochako se rió mientras de volver a besarse.

(...)

A la mañana siguiente Ochako se despertó sintiendo que alguien la abrazaba, de a poco abrió los ojos y vio el rostro dormido de Camie, inconcientemente sonrió.

Le pasó un mechón por detrás de su oreja antes de verla fruncir el ceño.

-buenos días...- la rubia sonrió antes de acomodarse más cerca, de a poco abrió los ojos.

-buen día...- se quedaron en silencio mirándose y abrazándose.

No era un silencio incómodo, al contrario era cómodo, cálido y reconfortante.

De pronto Ochako se rió levemente.

-que te sucede? Loca- Camie no entendía que sucedía con ella, sin embargo le gustaba verla feliz.

-nada... había olvidado lo lindo que es tu cabello al sol- la contraria rodó los ojos.

-reflejos de peluquería- la menor le pasó los dedos por el cabello.

-sea lo que sea, te queda hermoso...- la mayor sonrió antes de enterar su rostro entre los pechos de la contraria.

-a mí me gustan tus grandes pechos, son muy suaves y cómodos- ahora las dos se rieron.

Ambas volvieron a quedar en silencio, Ochako dándole mimos en el cabello a Camie y ella dándole mimos en el torso a la castaña mientras estaba acostada en su pecho.

No sabían cuánto pasó, pero desde la cocina el celular de la castaña sonó, intentaron ignorarlo pero a la tercer llamada la paciencia de la castaña se agotó, por lo que fue a atender.

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