o2. | PERSECUCIÓN DE COCHES
Mantener un ojo en su objetivo fue algo reconfortante para Lia. Todas las misiones pasadas a las que le habían asignado la habían aburrido muchísimo, tenía muy poco que hacer, y la mayoría de las veces se encontraba bebiendo docenas de tazas de café solo para mantenerse despierta.
Por lo que los nephilim podían recordar del archivo que había leído, su objetivo, Karina Ivanova, tenía afiliaciones cercanas con la Sala Roja y era un activo clave para proporcionarles información importante.
Lia estaba sentada en un sedán negro, una de sus manos tamborileando perezosamente contra el volante mientras se sentaba en el asiento del conductor. Su otra mano alcanzó su café, tomando un sorbo de su bebida tibia, un suspiro de contenido escapó de sus labios.
-Si ha terminado de disfrutar de su café, su ayuda será muy apreciada- la voz de Yelena llegó a través de sus comunicaciones.
Lia frunció las cejas ante su comentario antes de continuar tomando otro sorbo de su bebida, una sonrisa creció en sus labios cuando escuchó un gemido de molestia desde el otro extremo. Ella miró por el parabrisas, mirando alrededor de la multitud de personas.
-Estoy contribuyendo mucho, muchas gracias. No es mi culpa que ella todavía se esconda en alguna parte.
-claro, No es como si disfrutaras sentarte en un asiento cálido y cómodo dentro de un auto acogedor mientras yo realmente camino, tratando de hacer algo útil- replicó Yelena.
-Mmm, grosera. Si realmente no te gusta mi cooperación, entonc-Lia se detuvo a mitad de la frase, entrecerrando los ojos mientras escudriñaba a la multitud.
-¿Entonces qué? ¿Lia...?
-Creo que tengo mis ojos puestos en ella- la nephilim se enderezó en su asiento- Ella acaba de salir del edificio".
-Yo también la veo. Ella acaba de entrar en el Audi plateado. Síguela, estaré justo detrás de ti-ordenó Yelena.
Lia puso en marcha el coche, saliendo de la calle antes de acelerar y seguir detrás del coche plateado. El conductor pareció darse cuenta de que la seguía ya que tomó un atajo en las intersecciones justo antes de que el semáforo se pusiera rojo.
Un gruñido escapó de los labios de la nephilim cuando se detuvo, esperando a que los peatones cruzaran antes de pasar. Entrecerró los ojos mientras miraba a su alrededor, tratando de precisar qué dirección sería la más rápida para llegar a Ivanova.
La puerta del pasajero del automóvil se abrió de repente y ella giró la cabeza para ver a Yelena entrando.
-Conduce- le ordenó rápidamente, cerrando la puerta.
Lia se burló antes de acelerar rápidamente por la calle, mirando por los espejos retrovisores para ver un par de vehículos detrás de ellos que no parecían amistosos en absoluto.
-¿En qué te metiste?- Lia apretó los dientes y giró bruscamente a la derecha a través de otra intersección mientras las balas llovían sobre su vehículo.
-Me encontré con algunos amigos de Ivanova. No eran nada amistosos- dijo Yelena, bajando la ventanilla antes de disparar a los coches, lo que no ayudó en absoluto.
-Que bueno de saber.
Yelena de repente se echó hacia atrás en su asiento, mirando con incredulidad a Lia- ¡¿Porque te detuviste?!
-Hay demasiado tráfico. No hay forma de pasar- Lia miró a su alrededor, maldiciendo en voz baja- Espera
-¿Qué?- Yelena parpadeó, y antes de que tuviera la oportunidad de decir algo más, fue arrojada a un lado de su asiento cuando el auto giró trescientos sesenta antes de entrar en un callejón estrecho.
-¡¿Que estas haciendo?!
-Salvar nuestras vidas- gruñó Lia, saliendo del coche- Vamos. Solo nos compré unos minutos.
Lia sonrió, sacó su teléfono y le mostró la pantalla. Mostraba un punto rojo estático que brillaba entre el mapa de navegación, a varios kilómetros de donde estaban los dos.
Yelena tenía un ligero destello de reconocimiento en sus ojos- uh, te subestimé.
-De nada, por cierto- dijo Lia- Vamos, no tenemos mucho tiempo.
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Fragments | Y. BELOVA (PLATONIC)
ספרות חובבים𝐅𝐑𝐀𝐆𝐌𝐄𝐍𝐓𝐒 ➸ ❝ 𝐭𝐡𝐞𝐢𝐫 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐬 𝐰𝐞𝐫𝐞 𝐦𝐚𝐝𝐞 𝐨𝐟 𝐛𝐫𝐨𝐤𝐞𝐧 𝐟𝐫𝐚𝐠𝐦𝐞𝐧𝐭𝐬. ❞ dos almas rotas, que tienen ganas de desmoronarse como fragmentos, solo se pueden poner juntos de nuevo el uno por el otro. Historia original...