Capítulo 3: Dulce Reencuentro

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Después de la reunión con la compañía de Artemisa e Izanami un brillo cegador nos llevó a un gran y exótico bosque lleno de animales y un gran lago en medio, pero para el otro lado había una gran mansión el doble de grande de lo que componía la finca mariposa o helada, además se respiraba el aire fresco y se podía decir que la tranquilidad es lo único que se necesitaba para sentirse calmada y agraciada. 

--Aquí es donde viviréis, intenté recrear la finca y el lugar donde vivíais para sentiros más cómodas, no será como esperabais pero espero os guste.--Añadió la diosa Artemisa con una sonrisa dulce y espontánea, y que decir que nuestro nuevo hogar no podía ser mejor y en el lugar correcto. Quizás no tenía aquel bonito paisaje en la montaña nevada, pero estar en medio de un bosque y con la frescura y el sonido de la naturaleza era lo mejor que se podía pedir. 

--Nos gusta, es un lugar idóneo, ¿pero hay que llevar algún uniforme para las misiones?--Pregunté con curiosidad al ser divino queriendo indagar sobre el uniforme de los cazadores divinos, pero para mi sorpresa sólo me puso una mano en mi cabeza para acariciarla con tranquilidad y con la intención de que me calmara. 

--No tienes que ponerte tan tensa, por ahora disfruta. Cuando sea la hora de cazar sabréis todo, hasta ahora nos vemos y cuidaos mucho.--Se despidió nuestra jefa en un gran rayo de luz que me hizo quedar bastante asombrada del nivel de los dioses. Aún dudaba de cómo detendremos a Izanagi, ni siquiera tengo un nivel aceptable en mi poder divino, pero como sea debo derrotarlo a como de lugar. 

--Ara ara, menuda diosa, bueno, mejor entremos o pillaremos un resfriado del frío que hace.--Avisó Shinobu y accediendo a su afirmación, las cuatro entramos quedando bastante sorprendidas de cómo el espacio se parecía bastante a la finca mariposa con todas las pertenencias que ubicaban a dicha casa. 

--Esto… es increíble… debo decir que los dioses pueden hacer lo que sea por más difícil que sea el caso, nadie pensó que pudieran hacer una réplica de la gran y poderosa finca en la que nos criamos durante muchos años.--Admiraba Kanae bastante sorprendida mientras seguíamos cada una investigando toda la mansión por nuestra cuenta. Efectivamente mientras seguíamos observando más me daba cuenta de las diferencias que tenía con respecto puesto que era muchísimo más espaciosa y había salas que no tenía dicha finca, por ejemplo poseía más cocinas, había balcones, y había de 5 a 10 dormitorios con 5 camas, era una verdadera locura, pero al menos tenía un parecido con nuestro antiguo hogar. 

--¡Kaede-Sama, Shinobu-Sama, Kanae-Sama!--Exclamaban las niñas, las cuales al llegar al salón se encontraban todas reunidas junto a Hanae, incluida Aoi, quienes fueron para darnos un abrazo y con muchísima felicidad correspondimos aquel dulce y confortable momento de intimidad entre ambas, ni sé cómo habían aparecido, esto era demasiado extraño. 

--¿Pero cómo estáis aquí? Se supone que debíais estar en la finca helada, es imposible que tan rápido hayáis sido reunidas en este lugar, ¿pero cómo?--Pregunté con curiosidad al momento de separarnos del abrazo, en el cual mi adorada hermana mayor y la más poderosa de las cuatro me colocó su mano en la cabeza como signo de calma y tranquilidad, pero además amor y dulzura y en demostración de que todo estaba bien. 

--Fue Zeus, al mismo tiempo que venía la avalancha nos llevó a cada una aquí, nos explicó lo que sucedía y a partir de ahí decidimos el poder ayudar excepto las niñas, que se quedarían en la casa a ayudar como siempre han hecho, aunque estuve hablando con Aoi y la entrenaré bajo mi mando, será mi tsuguko.--Comentó la ex-pilar con una sonrisa que por un momento me causó ternura pero al mismo tiempo sorpresa, ni creí que se convertiría en su aprendiz, después de todo siempre era muy temerosa, pero al menos podría dejar sus miedos y ser más valiente. 

--Ara ara, estoy muy orgullosa de ti Aoi-chan, acudiste a nosotras desde que eras muy pequeña porque tenías muchos miedos, pero finalmente has acudido a tratar de superarlos. Hazte muy fuerte, ahora que nos enfrentamos a los dioses nos puede venir muy bien tu ayuda.--Le alentó la ex-pilar del insecto con una expresión dulce aunque algo severa queriendo admitir que debía esforzarse mucho para conseguir los objetivos claros. 

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