CAPÍTULO 7 "ROMANCE ADOLESCENTE"

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Cuando veo desvestir el colorido cielo siempre me presume su cuero oscuro y recuerdo que espero, anció y quiero madurar para poder repetir las mismas palabras que me han dicho varios ancianos al borde del colapso: "La niñez y la adolescencia es la mejor parte del hombre aprendida sabiamente de error tras error, sin infancia no hay juventud, no hay adultes, no hay recuerdos por los cuales sonreír y llorar y mucho menos una muerte digna" y a mí me está consumiendo.

No pensé que aún estaría aquí, pero quiero todo, para estar feliz.

-¿Crees que todo ha terminado?- Unas pocas palabras que dice un viejo amargo y estresado típicamente, mientras nos acercamos a un pequeño y decaído santuario escondido entre la malesa y la hierva fresca.

Abre su puerte que se burla como una bruja escondida en las profundidades de un bosque vagabundo, al entrar parece que los muros están hechos de papel llenos de letras y frases sacadas de alguna religión, al fondo de aquel santuario hay un pequeño cofre en el suelo empolvado que se ilumina y refleja la llama de una vela que parece nunca escasear su cera, donde los insectos mazoquistamente se posan y danzan para terminar purgando su poca carne y alma.

Al abrir el cofre el ambiente se pone pesado y parece romper mi nuca, mete su mano y para mi percepción parece sacar un cuchillo de carnicería recubierto de yeso y vendajes amarillos del descuido y la humedad.

-Parece un simple y común sable pero está sellado en carne y alma de demonio- Dice alegremente tratando de asustar a un bebé llorón.

Descubre los vendajes mientras le tiembla su quijada, parece tener miedo, pero es esa maldita enfermedad (vejez) que lo deja en paz, lo quiere dejar en paz, lo deja atormentarse solo en arrugas y pocos sentidos.

-Si tocas este sable con tus manos y alma desnuda, tratara de poseer tu carne y alma débil y inocente, ¿eres débil?-

He presumido por mucho tiempo mi debilidad y que bien lo he hecho, he escuchado las campanas lamer mis tímpanos en pequeñas palabras y alientos, he sentido tanto tiempo mis ojos llorar de angustia y deshonra, promesas esculpidas en la esquina de mi mente pero nunca terminadas.

-¿Eres capaz de controlar aquel demonio que te recapacita y abre los estados más pobres, oscuros y tristes del hombre...ambiciones, dinero y romances de adolescentes en corazones blandos y con pocos callos? cien años sin soledad pero sin tener con quien compartir lo poco que eres y somos -

Que se ha sentido vivir amenazado con un arma de plástico apuntando a mi cabeza, inyectandote en pequeñas dosis polvos mágicos de felicidad, no te presipites que es "momentaria", creando un mundo utópico sin sueños rotos, hambre y un dios falso(dinero) que cumple y satisface todas tus ambiciones y deseos innimaginables, tentando igual de blando, no ha cambiado nada y tiene el descaro de preguntarte...¿Estas feliz?

A HISTORY OF BAD MENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora