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Capítulo dedicado a HerllitH por comentar mucho, mucho y recomendar mis historia por toos lados. ¡Ese amorsh se agradece hasta el infinito, bb! <3



UNA CHARLA LABORAL QUE SE PONDRÁ INTERESANTE LUEGO...


Lejos de querer quedarme con la incertidumbre sobre si es realmente Raziel o no, se me ocurre comprobarlo por mí misma.

—Para aquí —le ordeno al conductor.

—¿Qué? —Se ve desorientado, pues todavía queda una cuadra para que llegue a donde le he pedido.

—¡Me bajo aquí! —replico al borde de la historia, con temor a que me aleje más de la espantosa escena que he visto.

Cuando frena hago el pago y salgo del auto casi a tropiezos, con el paraguas que Seth me dio abierto. Mis pasos son zancadas sobre los charcos de agua que la lluvia ha provocado. La música de los bares, las luces de neón, las personas que lucen sospechosas... nada me detiene.

A medida que me acerco, puedo verlos con mayor claridad.

La mujer sigue luchando por no entrar al auto; parece que está borracha, y es del tipo que es un fastidio. El hombre, por otro lado, insiste en querer que entre. Tiene un aspecto más conciliador.

Me detengo a unos metros de ellos, tratando de enfocar bien la vista.

No me he equivocado: el sujeto es Raziel.

Al confirmarlo siento que la riqueza que me invadió cuando confesé que me gusta desaparece. En mi pecho se siente un enorme vacío, que comienza a llenarse con la decepción y el lamento. ¿Por qué tenía que ser justo ahora? Precisamente el mismo día en que por primera vez puedo afirmar que alguien me gusta. La primera vez en toda mi vida.

Debí saberlo desde el principio, después de todo, está buscando información.

Y lo nuestro es falso.

Todo, excepto lo que estoy sintiendo por él.

Antes de dar media vuelta y continuar a mi destino principal, observo una vez más, todavía sin poder acostumbrarme al martirio que significa una decepción amorosa, pero con la pequeña esperanza de haberme equivocado.

Lo que veo sigue siendo desagradable. La mujer toma a Raziel de la barbilla, le dice un par de palabras y lo vuelve a besar. Raziel la toma de los hombros lo que dura el beso, formando una sonrisa cuando la mujer se aparta, le dice algo más y por fin sube al auto, siendo el mismo Raziel quien le cierra la puerta.

Tengo el deseo de dar el paso y encararlo, quejarme de su mentira y esculpirle en la cara lo decepcionada que estoy. Pero recuerdo que no somos nada para que le pueda exigir explicaciones. Además, hay otras formas de hacer que pague su mentira.

Me trago toda la rabia y doy media vuelta hacia el club nocturno.

Recoger a Vivian y Lucy es toda una proeza que me debería costar un mérito a la mejor chica del año, porque no ha sido nada fácil. Ambas chicas están demasiado borrachas como para que puedan juntar dos palabras o hacer que su cerebro se coordine con sus extremidades. Es todo un caos tratar de sacarlas de sus mesas. Una de las tipas de seguridad me tiene que ayudar a despertarlas y un par de chicas me ayudan a llevarlas afuera. El problema es que no tengo auto y debo esperar a que llegue uno.

—¿Qué pasa? —me interroga Vivian mientras aguardamos a que llegue el transporte. Estamos bajo un escuálido techo de alguna tienda que ya está cerrada, pues la lluvia no deja de caer.

INTENCIONES OCULTAS  EAM#2 | PRONTO EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora