[ JJK ] Blood Ink ✔️ TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL

38: Turno

Es el silencio del aire que ya no está cargado de lluvia lo que me despierta del sueño. Bostezo con sueño y abro los ojos, entrecerrándolos contra los rayos de sol que entran como puñales por las ventanas.

Haciendo una pequeña mueca, estiro el cuello y me obligo a abrir los ojos completamente contra la dura luz del sol.

Y casi me caigo de la cama.

Los ojos negros de ciervo están claramente abiertos y me miran con ojos estrechos. El largo cuerpo de Jungkook está atrapado a la cama por mi brazo lanzado sobre su pecho, su sedoso cabello negro todavía extendido sobre mi regazo.

Esos labios suyos, encantadoramente desiguales, están torcidos en una forma que dice que está medio curioso por saber cómo ha llegado a esta posición, y medio enojado porque le he dejado hacerlo.

En realidad, probablemente hay un poco más de enojo que de curiosidad.

Desgraciadamente.

"Buenos días," dice Jungkook con una voz rasposa matutina, seca y poco divertida. "¿Te importa explicar por qué estoy en tu regazo?"

Parpadeando en estado de shock, se me ocurre que el hombre que se desveló tanto anoche puede no recordar ni un solo segundo de lo que pasó.

No lo sabe.

Nunca se me ocurrió que pudiera haber tanta agitación metida en el fondo de su cerebro que cuando llueve, se apodera completamente de su conciencia. Es como si Jungkook estuviera poseído total y absolutamente por la desgracia de su vida.

Siento que debería decírselo, sólo para que entienda que podría haber visto un poco y saber y un poco de él que quizás no quería que supiera.

"Anoche llovió," digo, lo único que se me ocurre como explicación. "¿Sueles hablar con el sueño? ¿Y a caminar? ¿Y actuar completamente consciente cuando en realidad no lo estás?"

La conciencia se refleja en los ojos de Jungkook.

Su rostro palidece.

Espero que retroceda ante mi, que se levante de la cama y salga en un intento de reagruparse, explicando con rabia y rechazo los sucesos de anoche en algún intento equivocado de no reconocer lo que he presenciado.

Espero que haga todo lo posible por escapar de mi.

Pero no lo hace.

En lugar de eso, casi me deja sin palabras cuando se vuelve hacia mi para ocultar su rostro, enterrando sus emociones en el estómago y agarrando el material de mi camisa en un puño cerrado.

Es todo lo contrario al muro sarcástico y condescendiente que suele levantar, y aunque cualquier otro día podría llamarle la atención por su tontería, en este momento se siente demasiado frágil como para intentar hacer un comentario humorístico.

Lo único que hago es dejar caer mis dedos para cardar los lujosos mechones de su pelo de medianoche. Espero a que se recomponga, a que tome la iniciativa y hable primero.

Normalmente es fácil leer las emociones en los huecos de ruido que conforman el silencio.

Una nube de furia, una niebla inquietante de tristeza, o la luz suave y cálida de la gratitud; esas son fáciles de leer. Este silencio...

Es muy difícil de leer.

Puedo captar pequeños destellos e insinuaciones a medida que cambian y se mueven a través de la turbia pesadez del silencio. Puedo percibir un poco de vergüenza, un destello de ira, y tal vez incluso el más mínimo y breve indicio de esa cálida gratitud.