YoonGi y JiMin, mejor conocidos como Agust D y KittyGang, son dos de los mafiosos más poderosos de Corea del Sur. Un encuentro es suficiente para que una obsesión nazca de Agust hacia AlleyCat incluso luego de separarse por un período de tiempo, aun...
—Agust como siempre, siendo todo un sátiro contigo. Me imagino que no te soltó en todo la noche.— codeo V a su amigo.
—¡Ca-calla! Me estás avergonzando.
—¡Es que me encanta verte todo rojito!— apretujo una de las mejilla de Alley.
—¿Y que paso con JK? Me imagino que es un salvaje contigo todos los días, ¿Verdad?
—Alley, estamos hablando de ti, no de mi.
Ambos soltaron risas. Se sentaron en el sofá de tres piezas.
—Y entonces, ¿Cómo fue?— pregunto V.
—¿De que hablas?
—Tu ya sabes de qué hablo.
—Oh, en toda la habitación, en todas las posiciones en las que te puedes imaginar.
V tenía una cara de puro asco.
—Gracias por darme un posible trauma.
—¿No te referías a mi noche con Agust?— pregunto riéndose.
—Por supuesto que no, tonto. Me refería a lo del secuestro.
—Debiste de ser específico.
—Posible trauma.— dijo de nuevo.
Soltaron risas, pero se torno un poco serio segundos después.
—No se que decirte. Sigo consternado.
V acarició el hombro de su amigo. —No puedo decir que te entiendo, por qué no me ha pasado.
—Y esperemos que no.
—Me refiero a que cuentas conmigo en todo, eres mi hermano Alley, tu me enseñaste todo lo que se. Así que cuentas conmigo en todo momento.
—Lo sé. Por eso te quiero mucho.— Pauso mirando la puerta de su habitación donde Agust seguía durmiendo. —Pero se que esto no termina aún.
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Agust comenzó a despertar, las rayos que apenas se dejaban ver por sus oscuras cortinas, acariciaban su rostro, pero no solo eso, sentía como unos pequeños dedos se paseaban por sus mejillas, sus labios, su frente, su nariz y terminando con un beso en su mejilla. El pálido sonrió.
—Extrañaba despertar contigo así.— hablo sin abrir los ojos. Apretando el pequeño cuerpo contra el suyo.
—Extrañe despertar a tu lado y que me abraces como lo haces ahora.
—Te amo.
—Yo te amo mucho más.
Ambos juntaron sus labios, sin segundas intenciones, acariciándose, reconociéndose, mostrado su amor en aquel significativo beso.
Al separarse, se volvieron a acurrucar en el otro. Agust sonrió tanto amor en ese momento que no soporto las ganas de no llorar.
—Amor, ¿Qué pasa?— la voz dulce de Alley le tranquilizaba de alguna manera.
Agust se sentó el cama, llevando a Alley a su regazo. —Tenía tanto miedo de perderte. Creí que sería la última vez que vería tus lindos ojos y escuchará tu dulce voz. Estaba a punto de matarme para estar a tu lado.
—Cariño, cariño, no, estoy contigo, tú estás conmigo, estamos juntos ahora. Nos tenemos el uno al otro. Te amo y me amas, soy tuyo, soy completamente tuyo. No me iré a ninguna parte, no me perderás, no lo harás. Te amo tanto.— limpiaba las lágrimas que salían de esos ojos felinos que tanto amaba.
—No sabes cuánto te extrañaba, joder, estaba punto de volverme loco, quería sentirte, tocarte, tu perfume, todo, te extrañaba mucho. Estaba a punto de perder la cordura completa, quería salir a buscarte, estuve a punto, pero los chicos me detuvieron, no dejaron que fuera yo solo.
—Y estaré eternamente agradecido con ellos, no hubiera soportado que algo te pasará, todo fue en su debido tiempo. Ahora estamos juntos, nada nos separara.
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