Prólogo

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Todo fue muy rápido, nadie sabía exactamente qué fue lo que había pasado en realidad, esa misma tarde la familia Jiang había tenido una fuerte discusión debido a que su hijo adoptivo fue insolente frente a uno de los hijos de la familia Wen.

-Solo le pido que me escuche- Había dicho con voz desesperada Wei Wuxian tratando de calmar a la señora de la casa.

- ¡CALLATE! Ya has hecho suficiente, ¿qué no te das cuenta de que terminamos humillados por tu culpa?, además de que nuestra reputación se vino abajo gracias a ti y a tu gran bocota.Nadie en esa sala pudo prevenir lo que sucedería segundos después: Yu Ziyuan por primera vez le levantó la mano a aquel que es su hijo adoptivo, y de un solo movimiento limpio y fino le volteó la cara a Wei Wuxian, que si bien pareció que no hubo mucha fuerza aplicada, la cara de Wei Ying decía todo lo contrario; se podía ver claramente la mano marcada en su mejilla y como esta se volvía roja con el paso del tiempo.

-MADRE

-MADRE

-MI SEÑORA

Se escucharon a coro 3 gritos de los demás ahí presentes.

-Que te quede bien claro que jamás estuve de acuerdo en que Fengmian te recogiera de la calle y te trajera a esta casa, en donde lo único que sabes hacer bien es traer problemas y desgracias a esta familia.

Todos miraban atónitos a la mujer que imponía respeto y que nadie en su sano juicio quisiera tener problemas con ella. No podían creer lo que estaban escuchando.

-Mi señora, le pido que se calme y deje que A-Ying se explique, todo debe ser un error.-El único error que yo veo aquí es él – dijo señalando de manera despectiva a Wei Ying, quien no podía salir del asombro de aquel golpe impuesto por la mujer.

En su mente todo era una revolución; él no había hecho nada malo, simplemente quería defender a la que consideraba su familia de esa persona que no dejaba de insultarlos o esparcir mentiras sobre ellos. Lo único que quería es que los dejara vivir en paz, pero como siempre nada había salido como a él le hubiera gustado; al contrario, todo salió mal, muy mal.

Sin esperar más y con todo yéndose cuesta abajo, hizo lo que debió haber hecho hace mucho tiempo, salió corriendo de aquella casa que creía era su hogar y en donde, a pesar de todo, había creado buenos recuerdos y vivido cosas increíbles a lado de su tío y sus hermanos, pero ya no podía más.

Corrió tanto como sus piernas le permitieron, sin mirar atrás, ignorando los gritos desesperados de su hermosa Yanli o de su hermano Cheng Cheng, no tenía ni la menor idea de a dónde ir, quizá por un tiempo volvería a vivir en las calles, eso lo vería después; primero quería irse lejos de ahí; pero todo puede cambiar en menos de un segundo, la vida puede dar un giro de 180° y cambiar drásticamente todo, se puede esfumar en un suspiro, en un descuido.

Wen Chao, un sujeto soberbio y lleno de odio y resentimiento vio la oportunidad perfecta al ver a su víctima correr sin fijarse por donde iba, sabía que al hacer lo que tenía pensado podía costar caro, sin embargo estaba dispuesto a correr el riesgo. Sin esperar más aceleró, importándole poco lo que pasaba a su alrededor, pero teniendo un objetivo: acabar con la vida de aquel que había osado retarlo.

Todo sucedió en cámara lenta, Wei Ying estaba cruzando una calle y no se fijó en nada, lo último que escuchó fue el rechinar de unas llantas, volteó rápidamente para ver de dónde venía ese sonido, desgraciadamente era muy tarde, un auto a gran velocidad se dirigía hacia él y no tenía la intención de frenar; sintió un gran golpe y como voló por los aires hasta caer con un estruendoso sonido en el pavimento, sintió un líquido caliente escurriendo por su frente y por algún otro lado que no estaba seguro de cuál era. Su vista se nubló, y antes de caer en la oscuridad, en su último aliento llamó a la persona que estaba en su corazón.

-Lan Zhan- Dando un suspiro se dejó sumergir por esa oscuridad que se sentía tan acogedora y donde no sentiría más dolor

UN PERDÓN NO ES SUFICIENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora