Lunes 29 de julio del 2019.
Lea Cristaldi.
Veo la hermosa sonrisa de mi madre, esa sonrisa que me dice que hago las cosas bien, que está orgullosa de mi.
—Eres lo mejor que me pasó, Lea.
Mis ojos están cristalizados, no puedo creer que la tengo frente a mí de nuevo.
—Mamá... — doy un paso adelante, pero ella da uno atrás — ¿Mamá?
Desconcertada, doy otro paso y ella repite la acción.
—Lea...
—Mamá... — corro, intentando alcanzarla.
Quiero un abrazo, quiero que me diga que todo fue una pesadilla y que ella sigue conmigo.
—Lea...
Su camisa blanca se pone de un color carmesí intenso, como si desprendiera su propia luz. Sigo corriendo, intentando ayudarla... No de nuevo, no la volveré a perder.
—¡Mamá! ¡No me dejes! — sollozo.
Un horrible olor llega a mis fosas nasales, pero no dejó de correr, no dejo de intentar llegar a ella, se salvaría.
—¡Fue tu culpa! ¡Tú me mataste! — las palabras salieron de su boca, pero no es su voz, su voz es dulce, no tenebrosa, está voz es ronca como en una película de terror.
No es mi mamá.
—Mamá...
—¡Tu culpa! ¡Tú culpa! ¡Tú culpa!
Repite, sin detenerse. Sigo intentando alcanzarla, no fue mi culpa, no fue mi culpa, no fue mi culpa...
—¡Tu culpa! ¡Tú culpa! ¡Tú culpa!
Mi culpa, mi culpa, mi culpa, fue mi culpa...
—¡Lea! ¡Despierta! ¡Lea!
Abro los ojos, agitada. Estoy sudando, tengo lágrimas rodando por mis mejillas y mi respiración es un asco.
Mi culpa...
Sacudo la cabeza, no, no es mi culpa. No lo es.
—Oye, oye, ven, solo fue otra pesadilla — Franco me abraza, recargando lo cabeza en su pecho. Yo lo rodeo con los brazos, buscando una sensación reconfortante.
Esta semana nos conocimos mejor y puedo decir que es mi amigo. Es un buen chico, no entiendo que hace trabajando aquí.
—No fue mi culpa, no lo fue, yo no la maté, no fue lo culpa... — repito.
—No, Lea, no lo fue.
Me aferro a su espalda, sosteniéndome de su playera. Él ha estado conmigo esta semana, solo confío en él para estar conmigo en las noches.
Otra condición de mi papá. Franco me cuidará desde adentro y Massimo hará guardia afuera de mi puerta. Sabe que la casa es segura, pero no se quiere arriesgar.
Sé que no es solo por eso, el cree que me voy a escapar e ir a México, pero sinceramente, no lo haré. Tiene razón, a mamá le hubiera gustado vernos juntos y él no sabe el poder que tiene mi madre en mí.
No sabe lo que estoy dispuesta a hacer por ella.
—¿Fue la misma? — pregunta, refiriéndose a mi pesadilla.
Asiento. Esta semana no he dormido bien, tengo problemas para quedarme dormida, me despierto en las noches o muy muy temprano, no descanso... Las pesadillas no me dejan.
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En las sombras (En Pausa)
Teen FictionTrilogía Sombras #1 Al morir su madre, Lea se entera de cosas que jamás imaginó; se entera quien es su padre, pero, él no es alguien cualquiera; es el jefe supremo de la mafia italiana. Lamentablemente, la última petición de su madre fue que viajar...