Capítulo 2.

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Sábado 15 de agosto.

Año 2016.

VALLOLET MACKENZIE

Era una mañana bastante común, desde que se fue mi madre hacía ya cinco días. Yo todavía permanecía dormida, de pronto un llamado me despertó, era mi hermana Olivia.

―Vallolet baja a desayunar― Me llamó, desde la cocina, asustándome bastante con su grito, no se si era que ella tenía unos pulmones muy buenos, o solo era mi facilidad de despertarme y que todo me asustaba.

―Ya voy― avisé, mientras bajaba por las escaleras de la casa, pues desde que se fue mi madre, mi cuarto que quedaba en el piso de abajo fue desocupado, y ahora era para mi hermana, mientras yo usaba el que era de mamá, tenía una pijama de rayas era parecido a un vestido, mi cabello largo y ondulado, castaño en la raíz y rubio en las puntas, estaba suelto como casi siempre, y bastante despeinado.

―Dios mío, Vall péinate ese cabello― dijo divertida―Pareces una escoba vieja― dío unas cuantas carcajadas mientras servía los huevos, y el jugo de mora.

―Yo siempre estoy despeinada, así que acostúmbrate―reímos juntas, era de esos momentos que no solemos valorar con las personas que amamos, pero que yo guardo con mucho amor.

...

Después de haber desayunado, subí de nuevo a mi habitación de arriba, tenía una puerta blanca, sus paredes eran del mismo color, tenia una ventana hacía la carretera del vecindario en el que vivíamos, me asomé por aquella ventana y estaba viendo como los otros niños jugaban, reían, se veían muy felices,...

Yo ya estaba acostumbrada a ver todo desde adentro de la casa, no tenía amigos pues mi madre nunca me había dejado salir, decía que era muy peligroso, y a mi padre le daba igual, estaba a favor de lo que escogiera mi madre.

Me sentía bastante sola, como siempre, los niños me miraban como si me tuvieran lástima, y en ese momento entró mi hermana a la habitación.

―Vall, ¿por qué no sales a jugar con los otros niños?― me sorprendió bastante lo que había dicho.

―¿Me dejas?― Pregunté, no sabía si salir o no.

―Claro que si Vall, ve a salir con tus amigos― después de escuchar lo que había dicho Olivia, mi gesto cambió completamente, reflejando en mis ojos mi tristeza.

―Yo no tengo amigos―Le dije, mientras dirigía mi mirada hacia el suelo, mi cabello que estaba desenredado y recién lavado por ello liso, tapó mi cara al encojerme de hombros y evitar el contacto visual con mi hermana como perro regañado.

Olivia se sorprendió e inmediatamente me abrazó, ella era para mi bastante alta lo que me hizo sentir protegida, en realidad solo era alta a comparación de mi, yo esperaba algún día ser tan alta y hermosa como ella, le tenía mucha admiración.

―Tranquila, yo siempre estaré aquí, seré la mejor amiga que puedas tener―me prometió, me pareció muy lindo lo que había dicho.

―Ahora vete para afuera y has nuevos amigos― Y eso hice, más tarde ya tenia tres amigos: Jack, Vanessa, y Charlie.

Jack era un chico aventurero, y bastante curioso era quien siempre nos ponía en peligro y hacía que nos castigaran. Con catorce años de edad. Su cabello ondulado y negro, con unos ojos azules, una piel blanca cosa que era normal en un país como Escocia.
Él en secreto estaba enamorado de Charlie, quién diría que ella en un futuro correspondería su supuesto amor, yo en cambio nunca había tenido un novio o algo así ni siquiera había dado un beso, pues mi adolescencia apenas estaba comenzando.

Prototipo Fallido De Un Cliché. ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora