Día 03

1.1K 89 78
                                    

Celos/Castigo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Celos/Castigo

Era una linda y agradable tarde de otoño. Las hojas caídas de los árboles por doquier, el viento soplando con suavidad, los niños corriendo en los alrededores con felicidad y algunas parejas tomadas de las manos mientras se dan cariño mutuamente.

Este no era el caso del pelirojo.

Aquel chico de lentes caminaba a pasos lentos para llegar lo más tarde posible a su destino. No quería estar allí, era vergonzoso pero a final de cuentas, había aceptado aquella humillación. Suspiró, preparado para el daño psicológico que se avecinaba.

Para poner en contexto: Minamoto Teru y Aoi Akane están saliendo.

Dentro de una semana cumplirán cinco meses de relación, y el hecho de saber aquello tiene muy emocionados a ambos.

Por eso, Akane quería obtener dinero para comprarle un peluche que vió el otro día en la vitrina de una tienda a su novio, pero no tenía dinero y pedirle prestado a sus padres no era una opción.

Yugi Amane, su compañero de clase, de alguna manera se enteró que el pelirojo buscaba conseguir dinero para "algo" y entre risas, le dijo que tenia una manera para que Aoi consiguiera aquellos billetes verdes "rápido" y "fácil".

¿Cúal había sido la grandiosa idea del Yugi?

Tener a su compañero de sirviente por un día.

Si, así es.

Amane explicó que sus progenitores salieron de viaje ese fin de semana, dejándolo a él y a su gemelo solos en casa. No tenía nada de malo hasta cierto punto, pero habia un problema: Amane y Tsukasa no saben hacer NADA.

Y cuando dijo NADA, se refiere a NADA.

Ni cocinar, ni limpiar, ni lavar. Nada.

Sencillamente pudieron pedirle a sus padres que contrataran a una niñera o sirvienta, pero a ninguno le agradaba la idea de tener a un extraño en casa. Por eso cuando escucharon que el pelirojo buscaba dinero, entre ambos ideron la increible idea de invitarlo a casa para que hiciera los deberes que a ellos tanto les costaba hacer.

Era perfecto. Akane sabía cocinar, siempre se aseguraba que todo este limpio este donde este y lo conocían lo suficiente como para no considerarlo un extraño.

En un principio, Akane se negó, pero al escuchar la jugosa cifra de dinero que los hermanos estaban dispuestos a pagarle, aceptó sin más.

Y todo eso por el chico que amaba.

-¡Amane, Amane!-exclamó el menor de los gemelos, con esa voz chillona que irritaba los oidos del Aoi. -¡Ya llegó la sirvienta!-miró divertido a quien está parado en la puerta de entrada de su hogar.

-Te agradecería mucho si me respetas.-frunció el ceño notablemente. No sabía quien era más insoportable, si Amane o su hermano.

-¡Bienvenido Akane!-saludó el gemelo mayor desde las escaleras. -¡Pasa, puedes iniciar limpiando el salón!-

✧ TeruKane Week 2021Donde viven las historias. Descúbrelo ahora