Parte Única

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—Es difícil.

—¿Porque?

—Porque no es sencillo.

—No entiendo.

Serim se removió en su lugar, Allen a su lado, en cambio, corrió la vista a sus manos.

—No es tan difícil —se quejó. Quería sonar serio, sin embargo, la voz salió tan fuera de tono que la mirada ajena volvió curiosa hacia él.

—Explícamelo entonces —Allen jugó con sus dedos, cuando en realidad solo quería acercarse un poco más para oír lo que diría.

Nada estaba saliendo como debía, en realidad.

Hubo silencio, mucho más del que pudieran haber deseado, y para el instante en que a uno se le ocurrió que decir, las bisagras viejas de la puerta chillaron al entrar un nuevo cliente al bar. Entonces, solo continuaron con aquel silencio, cada uno sumergido en cualquier basura mental y miles de preguntas que no tenían razón de ser entre aquellos dos. Allen fue el primero en llegar a esa conclusión, con lástima o dolor supo aceptarla y el que ahora estuviera preguntando por razones era un tanto incomprensible. El otro, por su parte, siempre lo había sabido. En realidad, lo suponía y muy lejos de tener una verdad no estaba. Solo que las piezas no se movían en la forma en que lo prefería y ya para ese momento, era demasiado tarde como para intentar explicar alguna cosa.

—¿Entonces? —Allen tomó la palabra con algo de temor. Los labios secos y a medio camino de temblar de lo nervioso que parecía estar.

No quiso decir aquello, no quiso reclamar algo o bien nada, pero las palabras y la incertidumbre le ganaron de ante mano. Serim lo miró serio, con nada que decir o alguna excusa que dar.

—Es difícil.

Lo era, lo había sido, desde el momento en que la primera palabra se intercambió entre ellos. Lo fue hace un par de días y lo era en aquel momento cuando sólo dependían de un par de segundos antes de que la nada terminara. Era cómico incluso, un chiste mal contado. De esos que Allen solía contar cuando comenzaba a sentirse angustiado, o como las frases motivacionales de Serim ante cualquier situación. Era, más que nada, difícil. De explicar, de entender y a la vez tan sencillo que cualquiera moriría de risa de saber la razón de aquella reunión.

O lloraría, ambas eran una opción.

—Dilo —insistió esta vez con un tono un tanto meloso, la voz, dos tonos más abajo y sus labios ahora sí húmedos, mientras se acercaba pequeñas milésimas, a lo que Serim se alejaba la misma cantidad.

"Compostura"

Esa parecía ser la excusa primera cada que al otro se le ocurría ir un poco más allá de lo legal. Y en este momento, cuando estaba haciéndolo, aquella expresión de pánico por ser visto, no hizo más que levantar una vena de ira al costado de su cuello. Allen volvió a poner distancia.

—Hemos hablado de esto, de todo en realidad.

—Y sigo sin entenderlo.

—Es difícil.

Esa, por otro lado, parecía ser su segunda palabra favorita, al menos por el tiempo que llevaban postrados en aquellas sillas, en medio de una masa de humo y sudor. Hacía calor, era húmedo y oculto. Un pequeño secreto de caballeros que bien habían querido ocultar.

—Explícamelo —insistió.

—Ven.

Tendió el brazo por debajo de la mesa, las manos se tocaron en menos de un instante y la leve esperanza de un par de minutos, los hizo correr más allá de la luz.

Difícil || SellenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora