018. Ross

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La mañana daba su bienvenida con hermosos rayos de sol que se colaban por la ventana, Caleb descansaba desnudo a mi lado mientras lo observaba como una loca enamorada. No podía creer todo lo que había hecho hacía tan solo unas horas, fue una noche intensa y repleta de emociones.

¿Por qué había dicho que si? ¿Por las velas? ¿Por qué se apareció en mi habitación? ¿Por qué me besó? No lo sé pero mi cuerpo lo gritaba, lo pedía y lo necesitaba.

Debo dejar de alejar a las personas, Caleb me ama tanto como yo lo amo a él y no es porque me tenga lastima, el me quiere desde antes de saber mi condición y no ha cambiado conmigo como tampoco lo ha hecho Ryker ni los chicos, debía dejar de tener miedo, dejar de dudar y de ocultar lo que soy.

Los adormilados ojos de Caleb hicieron contacto con los míos, una sonrisa dulce disfrazó sus labios y yo se la devolví —Buenos días, Puchini—se acercó y dejó un corto beso en mi boca

—Buenos días—espeté observándolo en toda su gloria

— ¿Te despertaste hace mucho?— me tomó de la cintura y me jaló hasta quedar sobre él. Nuestros cuerpos pegados pasándose calor ¿Hay alguna mejor forma de despertarse?

—Hace unos minutos

— ¿Qué quieres hacer hoy?—preguntó pasándome la mano por el rostro hasta llegar con su pulgar a mis labios

No hay mucho que se pueda hacer un domingo — Quiero apuchucharnos—dije con tono tierno y haciendo puchero

— ¿Apupucharnos?

Cuando era pequeña no me salía la palabra "apapachar" entonces siempre dije "apuchuchar" cuando quería que me dieran amor, fui una niña muy mañosa —Quiero amor

Caleb iba a responder pero llamaron a la puerta alarmándonos a los dos, pegué un salto quedando a horcajadas sobre el —Madi, soy yo ¿Puedo pasar?—las voz de Ross me paralizó

—No, espérate—dije levantándome de la cama

Recogí la camiseta de Caleb y me la puse con rapidez, le arrojé los bóxer y el pantalón y de un golpe se los puso entre saltos y patadas al aire

—Madi... ¿Dónde está Curtis?

—Emmm... espérame

Me arreglé un poco el cabello para que no pareciera que estuve haciendo lo que estuve haciendo y me acerqué a la puerta para finalmente abrirla.

Ross me miró de pies a cabeza y se le descolocó la mandíbula —Madelaine...—se puso una mano sobre los ojos en frustración—Era que lo entraras para que no se quedara durmiendo afuera como un perrito—al instante puso mala cara—ya ni siquiera puedo decir perrito

Quería reírme pero Ross se veía en verdad frustrado y es que parecía una señora —Ross...

—No era tan difícil, lo entras, que se acueste en el sofá y tu dormías en tu cama ¿Qué parte no se entendió?

—La parte...

Me interrumpió —Es que... agh, maldito Connor ¡Carlos!—lo llamó y Caleb apareció detrás de mi sin decir ni una palabra— ¿Tanto te costaba dormir en el sofá? Me voy por una noche ¡Una noche! Y aprovechas

Caleb ahogó una risa y yo le metí un codazo, lo miré y le hice una seña para que se alejara, él me hizo caso y nos dejó un poco de espacio a mí y a Ross —Todo está bien...—traté de tranquilizarlo

—Es que eres mi pequeña

—Y seguiré siéndolo para tus ojos pero también soy una mujer y en menos de un mes cumpliré dieciocho

Take my Heart [✅]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora