La paura del buio

Buonasera!

Giovano:

Aquella tarde prometía ser especial, cenaríamos en casa de mis padres porque tenía la mejor vista de toda Roma y la ocasión ameritaba un escenario así. Mi hermano regresaba de su gira por Rusia presentado el nuevo disco de Måneskin. Mamá y papá habían tomado la decisión de pasar una temporada en Alemania. Y yo, presentaría formalmente a mi novia para anunciar nuestro compromiso.

El ambiente lucía perfecto, la casa de mis padres estaba completamente iluminada y limpia, cada una de las habitaciones olía a esencia de lavanda. Afuera soplaba un viento húmedo y agitado, como si el cielo presintiera lo que estaba por ocurrir.

Mientras terminaba de preparar la mesa en el comedor, mi madre decoraba con azúcar glass el postre que había preparado. Desde la tv de la cocina se alcanzaban a escuchar las noticias de la farándula italiana:

Conductor A: El escándalo que ha provocado Francesco Pacelli al ser descubierto en un romance ilícito con Sisel Chan, una bailarina americana ¡15 años menor que él!

Conductor B: Lo peor de todo es que Viola Loreti, su esposa y ex prima bailarina del ballet de New York, aparece en las revistas americanas como "la engañada del año".

-Mamá, ¿Escuchaste? ¿qué no es ese el hombre que busca a toda costa representar a Måneskin?- Dije convencido de que ya había escuchado su nombre anteriormente.

-Eso creo. ¡Tonta televisión! lo que dicen de su esposa... Pobre mujer. Espero que sea mentira, no me gustaría que un tipo como ese tratara con los chicos.

-Despreocúpate, ellos le tienen mucha confianza a Tony. Le han tomado cariño a lo largo del tiempo que han recorrido con él, dudo mucho que lleguen a cambiar de representante.

-Por fin ¡He terminado! -dijo mi madre emocionada y orgullosa.

Me acerqué y le quité un dulce del plato recién preparado, ella refunfuñó "¡Giovano! Espera para poder comerlo".

-Mmm ¡Te superaste! -la besé en la mejilla- A mi novia le van a encantar, adora la...

-La esencia de rosa -me interrumpió- ya lo sé. -lanzándome una mirada de complicidad -¿Por qué crees que hice este postre?

-Eres un ángel, mamá.

- Gio, te veo muy feliz con Brandy. El día que los vimos en el restaurante de Milán, me pareció muy amable y educada. Tu padre y yo estamos felices por ti, ya va siendo hora de que hagas tu propia familia.

- Bueno, la pregunta aquí es ¿Estás lista para ser abuela?

Mamá soltó una risa ligera, a mi hermano y a mí nos encantaba bromear con ella por su carácter gentil. Se acercó y me tomo de las mejillas.

-Por cierto ¿le has hablado a tu hermano de ella?

-En realidad, no. El disco y la gira le absorben el tiempo. Será una sorpresa para él, ¡oh, mira! ¡Ya están aquí!

Papá insistía en recoger a Damiano del aeropuerto personalmente, sin importar la odisea que implicaba sacarlo de la multitud de fans y autógrafos que ocurre cada que mi hermano hace su aparición. Corrí para abrirles la puerta, mi padre entró quejándose del tiempo que tomó salir del aeropuerto, y en seguida entró Damiano.

-¡Hermano! -dijo, lanzándose a mis brazos.

-¡Dami! ¿Cómo ha ido todo? -Lo abracé emocionado.

-¡Excelente! ¡Rompiendo límites! - expresaba con entusiasmo.

Algunas veces parecía más alto cuando hablaba de sus largas giras y sus impresionantes conciertos.