Las voces de los estudiantes hablando por los pasillos se mezclan entre sí y son la música de fondo que llevo escuchando desde hace quince minutos mientras espero sentada en la secretaría de la universidad a que llegue la señora de recepción y me puedan dar mi horario.
Son las ocho de la mañana y aún estoy impresionada de haber podido llegar tan rápido a la facultad teniendo en cuenta todos los sucesos ocurridos en la mañana temprano.
Y qué mañana he tenido
Para empezar mi alarma no sonó cuando debía porque, siendo yo, para variar, anoche estaba tan cansada que, en vez de poner la alarma en su respectiva aplicación, la puse en la aplicación de la calculadora.
Me dicen señorita despiste
Me logré levantar a las 7 de la mañana casi que por gracia y obra del señor ya que normalmente suelo dormir hasta el mediodía si me dejan. Cuando lo hice fui rápidamente a darme una ducha, pero todas estaban ocupadas por mis compañeras de piso y tuve que esperar casi diez minutos hasta que finalmente una se desocupara.
Lo único bueno de esa parte es que conocí finalmente quienes compartían piso conmigo, puesto que a pesar de haber pasado todo un fin de semana desde que llegué, no me había podido topar con ninguna de ellas.
En serio parecen muy majas, pero hasta cierto punto, supongo. Más que mostrarse amables fueron educadas y respetuosas, así que aún no me dan muy buena vibra del todo.
Después de tomarme la ducha corrí hacia el cuarto para enfrentarme al otro problema, la llave se me había quedado dentro de la habitación y no tenía como entrar. ¿Consecuencia? Buscar a Alan para que me abriera la puerta.
Fue muy vergonzoso hablar con él mientras sostenía una toalla contra mi cuerpo
Afortunadamente después de eso no tuve más trabas, puesto que solo me quedaba vestirme y tomar mis libros, pero, aun así, ya eran casi las ocho.
Observo mis pantalones ajustados color verde olivo de tiro alto, mi camisa ancha color blanco medio metida por dentro del pantalón en la parte trasera y mis confiables Adidas blancas deseando haber tenido un poco más de tiempo para poder arreglarme mejor el primer día de clases.
Aunque bueno, no es como si mi pelo cooperara mucho tampoco.
Si alguna vez me preguntaras qué es lo que más me gusta de mí, ¿Saben qué diría? Mi pelo, es, en mi opinión personal, sencillamente hermoso.
El color rojo fuego me ha acompañado desde que nací, acompañado por unas ondas largas que le dan volumen a mi cabellera y lo hacen tener una belleza natural; siempre que no esté acabada de levantar claro, en ese caso ni las ondas me salvan de parecer un espantapájaros.
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Evil Rose [Nueva Versión]
RomanceEllos: Son la lujuria, el placer, el deseo, el dominio, el poder y... el pecado. No los mires directamente. No los toques. No les dirijas la palabra sin su permiso. Respétalos como los reyes que son. Ella: Es el sarcasmo, la espontaneidad, la bellez...