Capítulo 35 - Ishtar -

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Siento todo el cuerpo vibrando conforme el poder me consume y advierto por el rabillo del ojo como Dante sonríe orgulloso cuando el fuego azul comienza a cubrir mis alas. 

Los rostros de Amber y Toni me miran atónitos y pálidos por la impresión, pero se mantienen estáticos como estatuas y aprovecho su confusión para destruir las cadenas mágicas de Toni, haciendo que este se retuerza de dolor y suelte también a Dante. 

Me giro hacia él y veo cómo sus ojos son consumidos por el tono negro mientras sonríe de medio lado. 

- ¿Ardemos juntos, mi Ángel? - me dice extendiendo su mano hacia mí mientras sus alas membranosas se recubren de un fuego dorado y abrasador.

- Siempre. - sonrío yo de la misma forma, tomando su mano. 

Ambos damos un par de pasos elevando las manos que nos quedan libres en dirección a Asmodeus y grandes olas de fuego vuelan en su dirección. El dorado y el azul se unen en brillantes espirales impactando juntos en su cuerpo haciendo que caiga de rodillas retorciéndose. 

- ¿Qué mierda? - ruge el gran demonio mientras intenta girarse hacia nosotros. - Sois como un grano en el culo. 

- ¡Vete de vuelta al infierno, padre! - gruñe Dante a mi lado. 

- Eres un demonio y no vas a dejar de serlo por follarte a esta mestiza, tarde o temprano volverás al infierno conmigo y te despellejaré, como tendría que haber hecho con tu estúpido padre cuando me invocó. - gime Asmodeus sonriendo malicioso a pesar de estar siendo consumido por las llamas. 

- ¡Dejad los que aquí entráis, toda esperanza! - cita Dante acercándose más para aumentar la potencia del fuego. 

El suelo comienza a agrietarse y a emanar humo bajo el demonio mientras empieza a surgir una especie de lava negruzca a sus pies que se lo traga entre aspavientos y tacos, desterrándolo de nuevo al infierno.

Cuando él desaparece, Adrian cae como un peso muerto en el suelo inconsciente y Sarah suelta un grito de espanto. 

Dante y yo miramos hacia ellos y vemos cómo unas venitas negruzcas comienzan a llenar el cuello del pequeño de los Bas, ramificándose alrededor de su cuerpo y subiendo por su rostro. 

- ¡No, mierda, Adrian! - gime Sarah arrastrándose hacia él para colocarlo sobre su regazo. 

Ivy y Jackson aparecen a nuestro lado en sus formas humanas bastante malheridos y Dante se une a Jackson en una carrera hacia su hermano. 

- Ivy... - murmuro casi sin fuerzas. - Necesito que vayas a mi casa, los bebés están allí ocultos con mi madre y se estará preguntando qué hacen dos bebés allí porque ni siquiera sabe aún de su existencia. 

Ivy hace un gesto de comprensión y me mira. 

- Protégelos por mí, por favor. -

Ella se acerca a su hermano para susurrarle al oído y los dos se alejan corriendo, arrastrando a un inconsciente Gabriel, hacia las afueras del pequeño pueblo costero. 

Me dispongo a dar un paso hacia Sarah, Adrian y Dante cuando veo un movimiento rápido a mi izquierda y en un pestañeo, Amber agarra a Sarah del pelo y la lanza lejos contra el suelo. 

Toni aparece al lado de su hermana y levanta los brazos para atacar a los hermanos Bas, pero un gruñido escapa de la garganta de mi amiga y la veo correr para lanzarse sobre Toni con una fuerza descomunal. 

Ambos ruedan por la arena y Sarah consigue subirse sobre él y alzar sus manos, que ya brillan con fuerza, sobre su cabeza. En sus manos creo ver una especie de filo blanco como si tuviera una majestuosa daga formada por las propias olas del mar. Ella no lo piensa dos veces más y baja la daga mágica agarrada con sus dos manos con furia para clavarla en el pecho de Toni. 

Atraída por el mal [...A La Venta En amazon...]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora