El aire fresco de la noche golpeaba el cuerpo de una joven rubia, agitando su cabello y levantando su vestido mientras caminaba por el distrito de Shibuya, esparciendo su dulce perfume y marcando presencia a cada paso que daba. Era una chica preciosa, difícilmente podía pasar desapercibida.
Con una estatura de 1.68, una cabellera larga y un Aura que denotaba calidez e inocencia: Jun de 27 años, se dirigía a un lugar dónde podía divertirse sin problema alguno. Un bar escondido dentro de Shibuya, punto que frecuentaba a menudo ya que era una fanática de la vida nocturna.
Debido a su apariencia dulce e inocente, la gente cercana a ella no creería los lugares que frecuentaba muy tarde en la noche. Pero ella era de todo menos un inocente conejito; sabía que era bella y sacaba provecho de su apariencia para manipular a las personas dentro de los bares o fiestas. Era capaz de conseguir entrada, bebidas y viaje de regreso a su casa totalmente gratis sólo con batir sus pestañas un poco, además de agregar una bonita sonrisa a cualquier idiota que cayera ante ella.
También, podía conseguir al mejor hombre del lugar donde estuviera solo con pasearse un poco por el bar.
Y hace unos 6 meses no fue la excepción:
Llegó a un establecimiento lleno de luces neón, fotografías subidas de tono en las paredes, gente con aspecto de dudosa procedencia, mujeres de compañía y sustancias de todo tipo. Sobre todo, un excelente ambiente y música.
Jun no iba con la intención de enredarse con alguien esa noche. Sólo quería beber y bailar un poco. Pero sus planes fueron totalmente un fracaso. Sentada en la barra, degustando whisky, un hombre la miraba fijamente sin vergüenza alguna. Ella, acostumbrada a ese tipo de situaciones, no le tomó mucha importancia, Pero después de unos segundos comenzó a oler el perfume del hombre a su lado. Sabía que era una fragancia cara, por lo que decidió voltear a verlo.
Con una media sonrisa amable, el hombre le habló.
"Por fin me miras."
Jun, por supuesto, se dió la confianza de mirarlo de la cabeza a los pies. Porque ella no era de las mujeres que se iban a poner a platicar con idiotas de aspecto lamentable. Pero ese hombre, vestido en traje y zapatos caros, con su cabello lila con negro pulcramente arreglado y con unos cuantos anillos de oro en sus dedos, definitivamente se merecía unos minutos de su tiempo debido a su excelente aspecto.
"Bueno, tampoco es algo cómodo sentir la mirada de alguien sobre ti por más de 10 minutos" la rubia contestó.
El varón río un poco, para después presentarse con la muchacha.
"Lo siento por eso, mi nombre es Ran."
Jodidamente atractivo, pensó Jun. Al parecer, si le convenía liarse con él después de todo. Apoyando su codo en la barra y posicionando su palma en su mejilla, le dió la más bonita de sus miradas y se presentó.
"Mi nombre es Jun."
Acercándose un poco más a ella, Ran comenzó a crear un tema de conversación entre ellos. Hablando de cosas triviales, el oji-lila le dió a conocer que era un hombre de negocios, por lo que no fue problema para él comprarle los vasitos del alcohol de la preferencia de Jun.
Mientras el tiempo pasaba, su confianza iba creciendo más. Después de unos 20 minutos, Ran posicionó una de sus manos en el muslo de la rubia, acariciando lentamente mientras su platica fluía. Dándo una clara señal de querer algo más que sólo charlar. La mujer, al no oponerse, dió a entender que no le molestaba, por lo que Ran subía su mano un poco más hacia dentro de los muslos, apretando de vez en cuando.
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Fell in Luv. | Haitani Brothers.
FanfictionMini fanfic de los Hermanos Haitani. Dirigido para público femenino. Contenido adulto. La historia es de mi autoria, pero los personajes (a expeción de la protagonista) le pertenecen a Ken Wakui. Inspirado en Tokyo Revengers del futuro y en Bonten.