Nueva gente

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Mar

Mateo y yo llegamos al apartamento, era precioso, muy su estilo, perfectamente todo colocado, me sirvió un café y nos sentamos en la terraza. Oli el café, su aroma me encantaba, me miro a los ojos y me sonrió

—¿Qué tal estás, Mar?

—Bien...

Dudo en decirlo pero lo hizo

—No te veo muy segura cariño

—Es que no te quiero dar la lata con el tema... De verdad, que estoy bien...

—Cuéntame qué te pasa... Es Samuel, ¿verdad?

Me quedé callada, era escuchar su nombre y se me hacía un nudo en la garganta.

—Sí... —Le pude lograr decir.

Me agarró la mano y asintió.

—Quiero que te desahogues conmigo cariño, suéltalo todo...

Cogí aire y exploté

—Pues que no me lo quito de la cabeza joder, veo algo y lo relaciono con Samuel enseguida, aunque sea lo más minimo, y lo que si que no me saco de la cabeza fue esa frase que me rompió en mil pedazos.

—... Perdona que te pregunte, pero ¿cuál fue?

—Textualmente fue esto Mat "Ojalá algún día luches de verdad por las cosas o por las personas que realmente quieres, si es así que las quieres claro. Entonces no las debo querer tanto"

—La madre que lo hizo...

Notaba que me quería decir algo porque lo veía con ganas de hacerlo aunque no lo hizo

—¿Tu sabes algo?

—... —Se quedó callado cabizbajo tocándose las manos

—Bueno... Mejor cambiemos de tema, ¿tú qué tal estás Mat?

Me contó lo bien que está en el trabajo, sus sentimientos hacia una compañera, incluso recordamos varios momentos del campamento, fue divertido tener la sensación de estar en casa, porque al fin de cuentas Mateo era lo más parecido a familia que tenía aquí en París.

—¿Y tú la carrera que tal?

—Genial, estoy cumpliendo un sueño Mat, en menos de un mes desfilaremos con lo confeccionado que tenemos de momento en el Louvre...

Se le abrieron los ojos de par en par, me abrazó muy fuerte.

—Que orgulloso estoy de ti cariño, me alegro muchísimo en serio...

Me volvió a abrazar cuando tocaron el timbre.

—Hostia es verdad, mierda, mierda... —Dijo levantándose para abrir la puerta.

Me quede acabándome el café allí sentada, cuando vi a Mateo aparecer con una chica, enseguida caí en quien era.

—Ay hola...

—Hola soy Chloé... —Dijo tímida mientras me saludaba con la mano.

Chloé era probablemente la chica más guapa que había visto en mi vida, morena con ojos azules. Mateo y ella hacían una pareja estupenda.

Chloé era la chica la cual Mateo me había hablado tan bien, la chica la cual al hablar de ella se le iluminaban los ojos, se notaba que le gustaba, y mucho, lo notaba muy nervioso.

Algo más que un amor de verano [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora