Nueva York, septiembre de 1929.
Vittorio miraba las cifras de la Bolsa con cierta preocupación. Dio una calada a su cigarro, y lo dejó en el cenicero de cristal de Bohemia casi dejándolo consumirse. Luego tomó notas en su cuaderno, y me miró por encima del papel.
-Creo que en breve vamos a tener algunos problemas, Liz.
Le observé desde el diván, apartando la mirada de mi libro.
-¿Qué tipo de problemas, cariño?
Cerró el Gotham Times, dejándolo sobre la mesa y apuró el cigarro, apagándolo en el cenicero. Se levantó del sillón y se sentó conmigo en el diván, haciéndome recostarme sobre su pecho.
-La Bolsa está rara. Algo me dice que en poco tiempo los clubes se vaciarán de gente rica. Creo que las vacas gordas se acaban. Tenemos que prepararnos para lo peor.
-¿Tenemos un plan B?- Pregunté cerrando el libro y dejándolo sobre la mesa. Vitto me miró y sonrió acariciándome la mejilla con suavidad.
-Cerrar todo y marcharnos de Nueva York. No creo que le guste a la familia, pero salida tenemos. Tengo... Tengo algo pensado para cuando nos cansemos de estos negocios.
Le miré con mal disimulada sorpresa, y se rió al ver mi expresión, besándome en la frente.
-¡Vaya vaya, el gran Vittorio Puzo tiene esperanzas!
-¿Piensas que a mi me gusta dedicarme a los negocios sucios, amor?
Reí con ganas, llevándome el dorso de la mano a la boca.
-No imaginé que tendrías algo así pensado para el futuro.
-¡No eres una mamma, pero yo quiero..!- Señaló a mi vientre, mientras yo seguía partiéndome de risa.- ¡No te rías, eres mi mujer quiero... Formar una familia contigo!
Me sequé las lágrimas y le besé intensamente, sintiendo un calor agradable recorriendo mi cuerpo al saber que no solamente quería de mí mi compañía, sino que me consideraba parte de sí mismo.
-Entonces lo haremos. Formaremos una familia juntos.
Vitto me abrazó en el diván y riendo mordió mi cuello, haciéndome reir de nuevo.
-¡Pienso empezar a intentarlo ya mismo!
...Y lo intentamos.
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Nueva York, 1 de Mayo de 1934
Es el aniversario de boda de Vittorio y Elizabeth Puzo, y su viuda está de pie ante el panteón de la familia con un ramo de rosas rojas. Acaricia el mármol pulido de la tumba, y el retrato esmaltado que han colocado junto al nombre con letras doradas, al estilo italiano, y cubriéndose el rostro con un velo negro, comienza a llorar en silencio.
-Vitto... Vitto... No sabes lo que has dejado tras de tí, mi amor...- Susurra llevándose las manos al vientre.
En la puerta del panteón , Giovanni Vincenzo espera pacientemente a que su jefa termine su oración silenciosa cuando una figura aparece en el camino de grava estrecha que recorre el cementerio entre las tumbas. Marco Puzo se acerca a ellos con paso rápido, y alza ambas manos para demostrar que va desarmado.
-Sabía que te encontraría aquí, Elizabeth, hermana.- Sonrió, inclinándose levemente ante la entrada del panteón mientras Giovanni cerraba la reja.
-¿Desde cuándo soy tu hermana, Marco? Nunca me has considerado parte de la familia.
-Vamos...- Abre los brazos el italoamericano- ¡Vamos! No te sulfures. Tengo una noticia que te va a encantar.- Lanza un beso y un saludo a la tumba.- Ciao, Fratello! Nino me ha traido noticias muy interesantes.- Le alarga un ejemplar del New York Times. Liz suspira por la nariz, ya que esa cabecera la había rechazado en el pasado por su artículo sobre el Hospital Metropolitano. En su portada, se lee con grandes letras: "¡Escándalo! La actriz Lily Juliano detenida por tráfico de drogas".- ¿No es fantástico? ¡Nos hemos quitado de encima a la competencia!
Liz arrebata el diario de manos de Marco y lee el artículo con interés. En él se menciona que Lily había sido arrestada con tenencia de tres kilos de opio en su propio coche.
-¿Cómo han encontrado todo eso? Lily no es una persona sospechosa, no suele trabajar en el negocio de los Juliano.
-¿Y a mí qué me importa? Yo solo sé que esto nos viene de maravilla. Sus clubes se van a vaciar si no hay para fumar. Ahora podemos hacer algo mejor.
-¿Quedarnos con sus clientes?
-¡Exacto!- Chasquea Marco los dedos, mirándola con una sonrisa- Y sé muy bien cómo hacerlo.
-No quiero tonterías, Marco.- Advierte Liz.
-No verás tonterías. Te lo aseguro, Liz.
El menor de los Puzo abre la puerta del sedán negro para dejar entrar a Elizabeth, y cierra tras ella. Tras ello, se acerca a su propio coche, un deportivo azul oscuro. Giovanni arranca, y Marco les sigue.
-Señora...- Indica Giovanni.- ¿Está segura de confiar en Marco?
-En absoluto, Gio. No me fío un pelo de él. Luego llamaré a Nino. Quiero saber cómo van las cosas por Atlantic City, y quiero saber qué piensa sobre esto. Además tengo que hacer un par de llamadas más.
-¿Al periodista?- Giovanni mira con interés a su jefa a través del retrovisor central. Los ojos oscuros de Elizabeth observan por la ventana y su gesto se crispa.
-No, Giovanni. Voy a llamar a la fiscal Boseman. Quiero visitar a Lily Juliano.
El guardaespaldas asiente con la cabeza, saliendo del cementerio. El coche de Marco Puzo se desvía hacia el lado contrario, alejándose de ellos. Elizabeth suspira al verlo marcharse, y se deja caer en el asiento, con gesto preocupado y ambas manos sobre su vientre.
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Madame Puzo- Una Historia de Time Princess (Liz Colvin)
FanficLa Familia Puzo ha sido, hasta la fecha, la más importante del sindicato del crimen neoyorkino. Desde la caída de Francesco Juliano a manos de un misterioso tirador la noche previa a la Asamblea, nadie ha discutido a los Puzo su hegemonía. Pero los...