Hoy, es mi décimo noveno cumpleaños e igual que siempre es tan común como otros días. Me recuesto cerca de la ventana a observar el cielo oscuro lleno de estrellas, pero hoy era diferente, hoy tocaba algunas notas con mi guitarra mientras observaba la lluvia caer. Tal vez deberían estar pesando ¿Por qué no sale a disfrutar con otros chicos de su misma edad? Pues la respuesta es: ya no confió en nadie. Las personas suelen hacerte daño. TODAS. Porque es así, algunas solo te mienten desde un principio y otras son lobos disfrazados de ángel, te endulzan hasta el punto de dejarte como un idiota luego, sacan las garras y te destrozan. Esto incluye también las amistades. ¿O acaso no es así?
Toco las ultimas notas de You & I, una canción que eh estado escribiendo estos meses. No se cómo salió, solo que me motive en trabajar en ella. La letra no es muy buena. Y, luego dejo la guitarra a un lado. Observo la ventana, varias gotas chocaron contra el vidrio lo cual me llevo a un mar de pensamientos. Siempre me veía cantando para un gran público que gritaban y lloraban, era el sueño que siempre anhelaba. Pero, como digo solo es un sueño ¿no? Y por más triste que sea, no todos los sueños se cumplen.
Alejo mi mente del mar de pensamientos cuando oigo a mi madre llamar del otro lado de la puerta e inmediatamente me lanzo a la cama y le digo que está abierta.
−Un duendecillo me dijo que alguien muy especial está de cumpleaños hoy –dijo entrando al cuarto con un cup cake en la mano y los más chistoso es que tenía una pequeña vela que estaba al punto de consumirse por completo –Feliz cumple querido.
Dejo el cup cake en la mesita de noche y se lanzó a mi lado. Yo le dirigí una sonrisa torcida.
−lo siento, sé que quieres que pase más tiempo contigo pero…el trabajo me lo impide.
−No te preocupes –le conteste echándome a un lado y desviando la mirada a la ventana.
− ¡Vamos se apaga la vela! –exclamó ella en un intento de entusiasmo, pero sus ojos estaban cristalizados y, no pude evitar sentirme culpable. Debería dejar de ser tan mierda. Olvide todo y solo aproveche el poco tiempo que nos toca estar uno al lado del otro.
Me acerque a la mesita de noche y tome el cup cake. Le di un gran soplido y luego, un gran mordisco. Era de chocolate, mi preferido. Deje el otro pedazo en la mesita y vi a mi mamá la cual, tenía los ojos engrandecidos, tenía la misma expresión que puso hace años cuando tenía 12 y había aprendido a decir ¡hijo de puta! Yo solo la mire igual porque no sabía que había pasado y alcé mis brazos en señal de: ¿Qué pasó?
− ¡haz olvidado el deseo!
−Siempre lo hago y no pasa nada. Y, siempre es el mismo deseo.
− ¿Cómo que no pasa nada? –dijo mientras sacaba algo de su bolsillo derecho−siempre cuando un pequeño niño descansaba, yo entraba en su mente e investigaba que deseos pedía y, estuve averiguando−finalmente sacó el papelito y lo coloco en mis manos−bueno, y esa guitarra de ahí me ayudo también a adivinar.
−No entiendo nada.
−y seguirás sin entender si no abres el papel –comentó tomando mi guitarra que ya estaba vieja, también faltaba cambiarles dos cuerdas que estaban ya un poco dañadas, pero yo sabía cómo cuidarlas. Tocó unas notas que sonaban fatales y yo la mire con una ceja arqueada.
−Solo ten cuidado de… −ya era muy tarde, la cuarta cuerda se había despegado del cuerpo de mi preciosa guitarra−no romperla. Gracias.
Ella no dijo nada y colocó la guitarra de nuevo en su lugar como si no hubiese pasado nada.
−bueno…como seguía eh, abre el sobre vamos.
No dije nada y solo me reí. Mire el sobre y decidí abrirlo, dentro de él decía esto:
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Remember
FanfictionNo les contaré la típica historia del chico malo, del chico que te trata mal pero luego quiere estar contigo, del chico que se hace el duro...no, esto que les contare es más que eso. Es la historia de mi amor imposible, la historia de cómo dos pers...