Jean se encontraba tan inquieto y ansioso que sus manos le sudaban. Trató de ocultarlo limpiando sus palmas contra su ropa pero era en vano, segundos después volvían al mismo estado. Mientras esperaba sentado en la mesa de la esquina de aquel café, intentaba recitar el discurso que en su mente había armado. Temía que al verla todas esas palabras se ahogaran en ese mar de sentimientos que lo invadía.
Imaginaba todo tipo de escenarios, pero su ansiedad aumentaba cuando notaba que en la mayoría de estos, sus sentimientos eran rechazados. ¿Acaso no debía hacerlo? ¿Es que todo ese amor que había guardado en el fondo de su corazón debía permanecer ahí para siempre? Entonces una voz cálida y familiar lo devolvió a la realidad:─¡Jean! ¿Hola, hay alguien ahí? ─decía Mikasa mientras movía enérgicamente su mano frente a los ojos de Jean esperando que esto lo hiciera reaccionar─. Me disculpo por haber tardado ─continuó entre tanto se quitaba el abrigo y acomodaba el pañuelo de su cuello para luego tomar asiento frente a él─, pasé a dejar flores en la tumba de Sasha y me encontré a Niccolo. Nos detuvimos a hablar un momento, me comentaba cómo estaban los niños en la casa Blouse.
─No tienes que disculparte Mika, apenas fueron unos minutos de más. ─El joven no pudo evitar el planteo─: Veo que no llevas tu bufanda hoy ─expresó inquieto de saber la respuesta.
─Oh, sí, la lavé y no estaba seca aún. He optado estos días por variar un poco, ya sabes, todos me decían que era mejor si buscaba mi propia forma de seguir adelante sin presionarme. Quizás te sorprenda pero creo que poco a poco y día con día la voy encontrando.
La hermosa joven de cabello negro no sabía lo que aquellas palabras significaban para el chico delante de ella. El corazón de Jean no decidía por qué sentirse mejor, si porque eso le daba esperanza a lo que estaba por hacer, o el hecho de que eso implicaba que ella estaba sanando y acercándose a la mujer fuerte que él siempre supo que era. Esto no necesariamente disminuía la ansiedad que cargaba, pero la aminoraba sin dudas. Observó la expresión en el rostro de Mika, una que destilaba calma y serenidad, parecía que la tormenta comenzaba a disiparse.
─Me gusta verte así, en verdad me hace feliz. ─Enseguida reparó en que una traviesa hoja había quedado atrapada entre los cabellos de su amiga y se acercó para quitárselo, lo cual la puso algo nerviosa y él lo notó. Cuando la hubo atrapado en su mano la observó, tenía un color extraño como si hubiera comenzado a cambiar de color por la llegada del otoño pero aun mantuviera una parte verde. Estaba tan inmerso en ello que no pudo percibir que el rostro de la chica se había sonrojado un poco y esta le dijo que pidiera lo de siempre para ella mientras iba un momento al baño─. Claro, ve tranquila.
Mikasa aceleró el paso hacia allí y al ingresar se miró al espejo, su cara estaba roja cual tomate y de repente le había dado calor.
«¿Por qué me puse así?»Se cuestionaba. ¿Será que acaso algo había cambiado en su forma de ver a su amigo que conocía desde hace tanto tiempo? Quizás debía dejar de negarlo tanto, y si así fuera no tenía nada de malo, ¿verdad?
En la mesa, Jean había hecho la orden al mesero y jugaba con sus manos para calmarse cuando su celular sonó. Una llamada de Connie, alzó el teléfono mientras se volteaba hacia la ventana para hablar.
─¿Ya le dijiste? ─interrogó la voz del otro lado saltándose el saludo habitual.
─Todavía no, llegó hace un momento y fue al baño. Apenas pedí el café, planeaba decirle cuando estuviéramos en el puente frente al río del distrito Trost, hay una bonita vista desde ahí.
─Espero que esta vez sí lo hagas, la vez anterior te pusiste tan nervioso que no te salió una palabra.
─¿Me estás torturando o dándome ánimos? ─espetó algo irritado.
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El amor llega suavemente
FanfictionAmbientado en Paradise luego del retumbar pero con una ciudad que tecnológicamente está mucho mas adelantada de lo que recordamos. En un inicio esta es una historia de solo dos partes que escribí para Amino pero si les gusta y me viene la inspiraci...