Se acabó... (Deidara)

****

¿De nuevo vas a llorar? Por favor no seas dramático - le dio la espalda y se alejo sin mirar atrás.

Él rubio levantó la vista y observó a quien suponía debería ser la persona que lo entendería, quien lo consolaría y sólo se quedó ahí, viéndolo partir.
Desde ese momento se prometio asi mismo no derramar una lágrima más frente a él, ese hombre que no lo comprendía.

Los días pasaron él moreno notó que aquel que decía amarlo se portaba un poco distante, suspiro aliviado creyó que ya le daba ese espacio que tanto había ansiado.

Una tarde se dio cuenta que su pareja ya no le escribía esos textos largos donde le juraba amor eterno, ya no había cartitas que antes tacho de cursilerias, esas notas que encontraba escondidas a modo de sorpresa ya no estaban regadas en sus documentos... pensó que ya había madurado.

Él había dejado de buscarlo y lo asocio a que estaba ocupado trabajando en sus obras, esas de las que tanto hablaba y que hacían que sus bonitos ojos azules brillarán, "por fin se volvió responsable" fue su pensamiento.

- ¿Has visto a la rubia? - le preguntó el que era su mejor amigo, él chico que creía en una religión un poco rara y del que le pidió se alejará.

- No y ya te he dicho que no lo llames así Hidan, ahora sal de mi oficina y no entres sin antes anunciarte - reprendió al intruso que se atrevió a perturbar sus pensamientos.

- Lo siento, solo es que...

Pronto lo interrumpió, no lo dejo explicarse - Estoy ocupado, no molestes.

Él joven al ver que no obtendría respuesta del supuesto novio "atento" de su amigo salió de la oficina ansioso, tenía cerca de dos semanas sin saber del rubio, no contestaba su celular, en su departamento tampoco se encontraba, bueno eso le dijo la portera del edificio la ocasión que fue a buscarlo.
Enserio "su novio" no estaba preocupado por él o por fin habia logrado su cometido... alejarlos.

Si, siempre supo que no le agradaba a él azabache y que en más de una ocasión le dijo que no lo quería cerca de ellos, que si lo soportaba en la empresa era porque su padre lo consideraba un buen elemento pero que sí por él fuera ya estaría desempleado desde hacía mucho tiempo. - ¿Donde diablos te metiste Dei? - suspiro y tomó aire, no perdía nada con volver a buscarlo por su casa.
Con ese pensamiento partió de la empresa importandole poco salir aún en horas de trabajo, total sabía que tarde o temprano el Uchiha lo despediria solo le ahorraría el trabajo de buscar alguna excusa para deshacerse de él.
Llego al gran edificio ese al cual su amigo se mudo por sugerencia de su pareja "va más a tu perfil" fue su explicación al pedirle que cambiara de domicilio, eso fue lo que él rubio le contó había dicho el moreno cuando le ayudó a buscar departamento.
- Si como no, lo que quiere es tenerte checado, todos saben que quiere vigilarte y que mejor que vivas en alguna de las propiedades de su familia - le respondió él y que obtuvo una sonrisa por respuesta y un "no digas esas tonterías".
Ja ojala hubieran sido tonterías, con la mudanza Deidara cambio de apoco, salía cada vez menos con él, ya no acudía a las reuniones de cada fin de semana con sus viejos compañeros, se excusaba en su trabajo "debo avanzar en mis obras" siempre era su contestación, pero él sabía que aquel hombre guapo y arrogante absorbía el tiempo del rubio, casi no lo dejaba respirar, siempre exigiendo atención, lo quería a su merced cada que se le apetecía y cuando logro ser la prioridad del chico se cansó, simplemente se aburrió.
Como lo supo ¡fácil! Él lo vio en más de una ocasión siendo acompañado por diferentes chicas, esa era una de las razones por la cual el azabache lo odiaba, claro no quería que lo delatara.
Sacudió la cabeza y trató de alejar todos esos pensamientos de su mente, lo que realmente le importaba en ese momento era saber algo del rubio.