Capítulo 31

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Madre

Cuando decidí contarles mi historia nunca dije en el principio; "no me voy a enamorar" o, "seré mala para siempre". Quizás este es el típico libro donde el malo se enamora y hay un final feliz y eso es lo que quiero para mí porque después de todo lo que he sufrido quiero paz, quiero a alguien que esté conmigo en mis caídas y mis levantas, quiero graduarme, quiero ser una persona normal ya que serlo quedo muy lejos desde que manche mis manos de sangre y eso no era lo que yo quería.

Quería estar sentada a la orilla del mar y escuchar las olas y ver como se escondía el sol, ver reír a mi hermana y escuchar a mi padre que me ama a pesar de todo pero no, mi historia no fue esa.

En las madrugadas ocultaba los cuerpos que Roberto me mandaba a matar o, enterrar solo porque le debía que, no me hubieran metido a la cárcel cuando maté Víctor y conociendo a mi padre me dejaría pudrir en la cárcel porque soy una aberración para la sociedad.

Le debo mucho a Roberto y a Steven, por darme la mano cuando pensé que me iba a hundir por eso tuve la obligación de matar a Diana, y sabemos que si no era ella era yo y prefería vivir.

Se que el dolor de haberla matado sanará pero no dolió tanto ya que Lili estuvo allí para mí.

Dicen que la vida te arranca de raíz a personas para luego ponerte otras con diferentes propósitos y ahora lo entiendo.

Me doy cuenta que, han pasado tres semanas que no he consumido cocaína y no es porque yo decidí hacerlo es porque mi mente a estado trabajando tanto que no me da tiempo de procesar otra información que no sea salir del hueco donde una vez caí.

Cuando Mao murió yo había muerto con ella y unos meses antes de que ella muriera ya me había manchado las manos. Las ojeras eran notables, ya no tenía el brillo de alegría en mis ojos, mi cabello corto estaba creciendo pero al mismo tiempo su brillo lo estaba perdiendo. Ella muchas veces me preguntó que ocurría, se preocupaba por mí pero yo solo inventaba una mentira. Su enfermedad era algo que no iba a poder resistir mi secreto oscuro y yo no quería verla destrozada por mí suficiente tuvo con amar con locura a Andrey aún sabiendo que eso la llevaría a la muerte.

Han pasado cuatro años que han sido verdaderamente una tortura, donde levantarme es una obligación y no unas ganas de vivir, donde me desesperaba por consumir cuando los recuerdos de su sonrisa o su mirada calida atormentaba mi mente. Era mi mejor amiga, la única persona que me llenaba completamente y aunque la ame en silencio eso no era un maltrato para mí era reconfortante saber que ella vivió feliz hasta su último latido.

Hubieron noches donde consumía una tras otra veces sin importar los riesgos solo porque culpaba a Andrey que llegara a su vida a poner sus pensamientos a volar, le echaba la culpa porque si él no hubiera aparecido en su vida quizás aún estaría acá conmigo pero luego llegaban esos momentos donde Mao se veía feliz, donde ella era una luz completamente para mí solo porque estaba enamorada. La noche de navidad la recuerdo perfectamente, se veía  feliz, nos observaba con detenimiento para recordarnos y llevarnos con ella al más allá y no sentirse sola.

La extraño no lo negaré pero era hora de soltarla y comenzar un nuevo libro como ella una vez me dijo estando en las montañas.

Cuando todo esto acabe, quiero que tu mundo se convierta en; primeras veces otra vez.

—¿A qué te refieres?— le pregunté mirando al horizonte.

— A que vuelvas a escribir un nuevo libro, pero sin mí en el.

Me dolió y en ese momento sentí que el mundo para mí había acabado. No me imaginaba escribir otro libro sin ella, no me imaginaba otra vida sin ella. Y aunque todo esto ha sido una completa pesadilla para mí se que despertare y encontrare mi nuevo propósito donde ya Mao no lo será.

Latidos infernales [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora