C A P Í T U L O 19

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______ Williams.

Y ahí estoy yo, en un bar lejos de casa, tomando vodka hasta más no poder

<<Maldición, Madelaine Petsch, ¿Qué me has hecho?>>

Disfrutando de la música otro trago de vodka bajo por mi garganta quemando todo a su paso hasta llegar a mi estómago.

—_____—pronuncio una voz ya conocida tocándome mi hombro.

Gire mi rostro para admirar el de ella.

—Necesitamos hablar—habló.

Bufé—No tengo nada que hablar con  usted señorita Petsch.

Iba a tomar otro trago pero ella me arrebato la pequeña copa y la dejo aún lado.

—Tienes que escucharme—artículo firmemente.

—Eres tan irritante—mencione, saqué dinero de mi bolsillo y lo deje encima de la barra y me levante para salir del lugar.

Sentí los pasos de Madelaine atrás de mí.

Ya en la calle, empecé a buscar con mi mirada algún taxi, en eso Madelaine me tomó de la mano y me giro para verla.

Suspiré en cansancio—¿Puedes dejarme en paz?

—No hasta que hablemos—mire el reloj que tenia en mi muñeca.

—Tu novio debe estar esperandote—mencione.

—¡Él no es mi novio!—exclamo—Solo déjame hablar.

<<No está con él.>>

Una parte de mí se siente feliz pero no quiero hacerme ilusiones.

Rodé los ojos—Como sea—empecé a caminar, sentí sus pasos atrás de mi otra vez—Dejame en paz.

—¡______!—grito.

Me gire a verla—¿Qué?—hable con molestia.

—¡Para! ¡Escúchame!—chilló.

—¿Por qué?—di un paso hacia ella quedando a centímetros.

Suspiró,—Porque te amo, irritante.—soltó.

Me quede perpleja.

<<¿Había escuchado bien?>>

<<¿Madelaine Petsch acaba de decir que me ama?>>

—Tú te acostaste con ese idiota—reclamé,—¿Cómo puedes amarme?

—No, no,—tomo mis manos entre las suyas y esta vez no hice nada para apartarme, sus ojos demostraban honestidad—No sé porque Henry dijo eso, pero no es así.

Hubo silencio un momento.

—Nos habíamos quedado en su casa la noche anterior bebiendo y cuando despertamos estábamos en mi departamento en ropa interior pero lo recuerdo todo y no, nos acostamos—carraspeo su gargante—Iba a organizarme cuando llegaste y creo que por el pánico a que vieras a Henry y a mi en esa situación y malpensaras las cosas, me quede perpleja.

Ella pego su frente a la mía.

—Madelaine—susurré.

—Estoy enamorada de tí—su cálido aliento, colocó sus manos en mi rostro—Sé también porque te alejaste todo ese tiempo y te pido perdón por intentar reemplazarte, solo pensé que era un juego para tí y me dolió—nuestras miradas se encontraron y luego ella bajo su vista a mis labios y relamio los suyos—De verdad me muero por besarte—admitió.

No pude aguantar y selle el poco espacio que había entre nosotras, nos besamos como nunca, un beso apasionado con demasiadas emociones, nuestra lenguas peleaban, sus labios suaves se movían con desespero y deseo sobre los míos, ¡Demonios! Se siente tan bien, la extrañe tanto.

Mis manos se posicionaron en su cintura y ella enrollo las suyas en mi cuello, le di un leve apretón atrayendola más a mí cuerpo.

Luego nos separamos por falta de aire.

—También te amo, cariño.—sonreímos.

-

Mads me trajo a casa, estoy un poco pasada de tragos y no quiso dejar que me viniera sola, estamos en mi habitación ella tiene su cabeza en mi pecho, ya ambas nos estábamos quedando dormidas.

La puerta se abrió de golpe haciéndome abrir los ojos—Oh, hola, perdón—hablo D.

—Que manera tan sutil—arrase mis palabras con tanta suavidad y tranquilidad.

—Hola, Davina—saludo Mads.

—Me alegro de que se hayan reconciliado hacen una linda pareja—mencionó agarrando un de mis libros.

—No somos novias aún—aclaré y no porque no quisiera solo creo que lo haremos cuando Madelaine y yo de verdad estemos seguras de entrar a una relación formal.

—Pronto lo serán—comento llegando al marco de mi puerta—Buenas noches.

Mi mejor amiga cerró la puerta de mi habitación, dejé un beso en la cabeza de Madelaine y volví a cerrar mis ojos.

—Te estas tardando en pedirme que sea tu novia—habló la pelirroja pegándose más a mí.

—Te sorprendere—acaricie su cabello.

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Me pierdo en tus ojos (Madelaine Petsch y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora