Capítulo 01:
Lágrimas calientes.Todo mi cuerpo arde por ti.
Mi corazón está sediento de ti.
🎀🎀💧🎀🎀Con la piel lisa levemente perlada en sudor, sus agudos ojos pasearon sobre el conjunto de lencería de encaje blanco que se tendía frente a ella. Los brazos en jarras sobre sus anchas caderas, en una clara negación de lo pequeña que era cada prenda que se veía hecha con un detalle bastante minucioso. Todo el conjunto iba a la perfección entre sí, luciendo armónico aún sin ponérselo, y aunque aceptaba que era angelical el sujetador de tela transparente y rosas bordadas que dejaba poco a la imaginación, lo consideraba totalmente revelador.
Demonios... Miranda debía ser la hipócrita más grande sobre el planeta, porque podría jurar que tenía bragas más burdas entre su ropa interior que aquellas que debía colocarse. Le gustaba la lencería fina, seductora y provocativa, de esas a las que los chicos les hacía gemir de sólo ver un tirante perdido bajo su camiseta. Pero era muy diferente mostrarse medio desnuda delante de un público desconocido, y por más segura que fuese de su estético cuerpo, ella por un momento no se sintió capaz de ser estudiada por incontables pares de ojos hambrientos.
Solo después de un par de bocanadas grandes de aire, fue capaz de desvestirse y comenzar colocarse uno a uno el set de tres piezas. Sujetador, bragas de tiro alto que se estrechaban definiéndole la cintura, y aquél delicado liguero de tela sedosa que vestía únicamente una parte de sus llenos muslos para luego encontrarse con un flor adorable el inicio de su entrepierna. En el pequeño espacio donde Suh Soonkyu permitió cambiarse, encontró un espejo de suelo a techo, donde se observó detenidamente un par de minutos. La joven mujer había acertado por completo, el color champagne de la tela hacía ver brillosa la tez clara de Miranda, regalándole un cálido brillo cual un diamante bajo el sol.
Embelesada por su propio reflejo, peinó su larga cabellera rubia y se dio la mejor de sus sonrisas, aquella que alguna vez ensayó tantas veces frente al espejo de su cuarto de baño en cuanto contenía lágrimas saladas. Una sonrisa falsa, pero tan bonita que podía hacer caer a cualquiera, incluyéndose a sí misma. Era buena pretendiendo que todo estaba bajo control, que los minutos no pasaban lentos a su alrededor, contándole el poco tiempo que tendría para salir a un público de hienas sedientas que la verían como a un pedazo de carne.
El sólo pensamiento le provocó débiles arcadas. Aquello que haría no estaba lejos de parecerse a lo que quería su padre de ella. Se vendería por un módico precio, sí, pero lo que lo diferenciaba era que había sido por su propia elección. Quiso creer por un minuto que esto sólo sería un traspiés, no más que eso. La necesidad de salir del apuro estaba latente, y no existía manera alguna de permanecer ilesa de cualquier forma que se viese.
Se arrepentiría, claro que lo haría. Pero no le daría la satisfacción a su parte racional de pararla en embarcarse en lo único que salvaría la deuda que tenía por pagar.
—¿Ya estás lista? —La pregunta cantarina irrumpió en la salita, para luego escucharse un largo exhalo apreciativo que le inquietó en varios niveles.
A sus espaldas, vio cómo su nueva jefa se acercaba con sus manitos cubriéndole la boca, sin ocultar la sorpresa al encontrarla vestida de pies a cabeza en sus diseños. Miranda si quiera respiró, con el deseo automático de cubrir su desnudez de aquella chica que aún era una desconocida para ella.
—Jesuscristo, te ves... —Había un shock en ella, estudiándola de una forma lenta.
Le alzó una ceja tras el espejo, exigiéndole que terminase de hablar.
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𝐑𝐢𝐜𝐡 𝐆𝐢𝐫𝐥𝐬 𝐃𝐨𝐧'𝐭 𝐂𝐫𝐲 [NCT REVERSE HAREM]
Fanfiction« Oh, pobre niña rica... ¿O debería decir, pobre niña pobre? » El lugar de una mujer de alta sociedad estaba más que claro: tras las espaldas de un hombre. Miranda Lee no fue hecha para ir detrás de nadie, y le demostraría a cualquiera lo contrario...