Capítulo 17

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-¿Entonces ese es su plan?- preguntó Elyas mientras el cuarteto asentía- no lo sé chavales, no creo que Samuel quiera ir- repuso pensativo.

-Por eso mentor*, necesitamos de tu ayuda para convencerlo- dijo Herny con voz moderadamente baja.

Los cinco estaban en la sala, Elyas escuchaba el plan de los otros cuatros para ir en la noche a la inauguración de un nuevo bar que abriría cerca del lago. No sólo para pasarla bien ellos, sino para darle chance a Samuel y Rubén de que pasarán más tiempo juntos. Al moreno le pareció una idea muy buena, pero el problema era convencer al mayor de ir con ellos, aunque si Doblas se ponía de su lado y los ayudaban a convencer a Samuel, quizás las probabilidades subieran un poco más.

-Intentémoslo al menos- dijo Jesús- no perdemos nada-.

-Supongo que podemos intentarlo- respondió Elyas- la verdad es que Vegetta me está sorprendiendo muchísimo, este fin de semana está bastante accesible a nosotros- dijo pensativo.

-Es lo que todos estábamos diciendo cuando se les ocurrió este plan a Herny y a Jesús- dijo Arsilex.

El moreno lo miró detenidamente, el rubio más pequeño tenía un semblante dudoso- Arsilex, no te noto muy convencidos de todo esto-.

-Ya-.

-Lo que sucede es que Arsi está triste de que Vege tenga un nuevo consentido- dijo Lexosi riendo seguido por Herny y Jesús.

Pero el menor de todos no cambio su expresión, no le dio gracia aquel comentario pero tampoco le molestó y es que Vegetta siempre había sido especial para él y sólo deseaba que fuera feliz, sabía que Rubén era una buena persona y que algo parecía pasar entre ellos pero temía que el mayor terminará igual o peor que cuando terminó con Willy.

-Elyas ¿Tu sabes realmente que pasó con Willy?- preguntó en tono serio, mirando brevemente hacia el umbral de la puerta para asegurarse que Samuel no entrara.

Todos miraron al mayor, no era un secreto para ninguno de ellos, que Elyas era el mejor amigo de Samuel y que entre ellos se contaban cosas que no les contaba con facilidad a los demás. Lo vieron entristecer ligeramente.

-La verdad es que no- respondió dejando caer su espalda contra el respaldo del sofá dónde estaba sentado- en ese tiempo, no teníamos una gran amistad ni suficiente confianza- les dijo con calma- y por uno de mis comentarios él eligió distanciarse de mi-.

-¿Un comentario?-.

-Le dije que Willy no me daba confianza, que fuera lento y con cuidado- llevó una mano al puente de su nariz y lo frotó con suavidad- se molestó bastante y terminamos peleando, no lo volví a ver hasta que papá Roberto me llamó y me pidió que fuera- dijo volviendo al pasado- nunca me voy a olvidar de eso chavales, cuando lo volví a ver, Samuel estaba muerto... completamente destrozado- sintió un nudo en su garganta al recordar la imagen de aquel Samuel, que al notar su presencia intentó disculparse pero terminó por romperse echándose a llorar entre los brazos de Elyas. Notó las serías expresiones de sus amigos- pero eso ya es pasado, ahora, creo que Rubén es lo que necesita para sanar, pongámonos en marcha, como sea, esta noche salimos a divertirnos- dijo con una sonrisa para levantarles el ánimo.




-Abre- le dijo el menor mientras acercaba a él una cuchara con un poco de arroz.

Samuel obedeció y degusto aquella pequeña porción- uuf chaval esto está delicioso- dijo relamiéndose los labios.

-¿Has visto?- preguntó con su ego aumentando de tamaño- nos quedó perfecto igual que las marineras- dijo animado por los buenos resultados en la cocina.

Mi trébol de cuatro hojasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora