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Por la mañana, la tonalidad de mi cara
es más verde que roja. Me miro en el
espejo y me desespero. ¿Cómo puedo
tener esta pinta?

Por favor, ¡si parezco Hulk!

Vale…, no es que sea una belleza, pero vamos, verme así es terrible, es
deprimente.

Pobre Taehyung. Vaya novio que
tiene. Cuando regreso a la habitación en la radio suena Satisfaction de los Rolling Stones y canto. Esa canción siempre me recuerda a mis amigos de Busan. Comienzo a bailar mientras canto a voz en grito. Taehyung sube a darme un beso antes de marcharse a trabajar y, sorprendido, me mira desde la puerta, hasta que soy consciente del deprimente espectáculo que le estoy ofreciendo y me paro, aunque mis
hombros siguen el ritmo mientras me
acerco a él.

—Me encanta verte así de feliz.

Sonrío. Le doy un beso.

—Esta canción me trae muy buenos
recuerdos de mi gente.

—¿De alguien en especial?

Con una maquiavélica sonrisa, asiento. Taehyung cambia su gesto y, dándome un azote de lo más sensual, exige con posesión:

—¿De quién?

Divertido por lo que voy a decir,
explico:

—De Yugyeom… —Y cuando su
mirada se tensa, prosigo—: De Rose…

Me da otro azote y otro más. Pica,
pero me río. Cambia su gesto a otro más
divertido y murmura mientras me
masajea la nalga enrojecida:

—No juegues con fuego pequeño o
te quemarás.

—¡Mmm!, me gusta quemarme. —Y
contoneándome, susurro—: ¿Quieres
quemarme?

Taehyung me retira de su lado y resopla.
Lo tiento. Me desea. Después menea la
cabeza hacia ambos lados.

—Tú recupérate, que, cuando lo
estés, prometo quemarte.

—¡Guau! —grito, y sonríe.
Después me da un beso.

—Que tengas un buen día, cariño.

Dicho esto, se va. Está a cinco metros de mí y ya lo echo de menos. Pero he quedado con Min ho para comer y sé que me lo voy a pasar bien. Asomado a la ventana, veo cómo se aleja su auto y, de pronto, suena el teléfono. Mi hermana.

—¡Hola, tontooooooooooooo!

—¡Hola, gordita! ¿Cómo estás? —le
pregunto riendo mientras me tumbo en la
cama para hablar con ella.

—Bien. Cada día más rellenita, pero
bien. ¿Y tú que tal, cómo andas?

Su voz suena algo triste, pero yo con
el subidón de lo ocurrido segundos antes
con Taehyung, respondo:

—Pues mira, Yang mi, no te asustes.
Estoy bien, aunque soy igualito que el
increíble Hulk. Anteayer me caí en la
nieve. Tengo la cara que parece un
cuadro de Picasso y puntos en la barbilla. Con eso, te lo digo todo.

—¡Tontoooo, no me asustes!

Al ver que se alarma, añado:

—Pero ¿no ves que estoy tranquilamente hablando contigo? Ha sido un golpecito de nada. No dramatices, que te conozco.

Durante más de una hora hablo con
ella. La noto bien, pero hay algo que no
sé…, no me deja contento. Cuando cuelgo el teléfono me visto y bajo al comedor.

Sarah está pasando el aspirador, y al verme, lo para y pregunta:

—¿Cómo está hoy, joven?

—Mejor, Sarah.

Voyeur² +18 ᵗᵃᵉᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora