20.

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Jisung.

Estaba solo en el departamento, esperando que Hyunjin llegara luego de haberme enviado un texto avisándome que vendría después de su turno. Minho se había ido de viaje unos días por el trabajo, al parecer tenía algunas cosas que hacer en Japón y de paso vería su traslado y los términos del contrato entre otras cosas que no escuché. Por lo que le habían dicho en primera instancia, realmente parecía un trabajo soñado. Estaría trabajando para una de las mejores revistas de Japón, tendría mucha libertad creativa y horarios que no lo dejarían tan agotado como el trabajo que tenía ahora. Sakura seguiría siendo su jefa y, lo mejor de todo, era que le ofrecían quedarse en una suite en un edificio muy lujoso de Tokio, con todo pagado mientras durara el contrato y con una camioneta que estaría a su disposición siempre. También arreglarían el tema de la licencia, para que pudiera conducirlo él mismo.

Si las cosas eran realmente como las pintaban, ese trabajo era lo mejor que podría haberle pasado.

Por supuesto que Minho había hablado con Sakura y le había agradecido por la oportunidad, ella simplemente se había excusado diciendo que le habían pedido una recomendación y ella la había dado. Aunque ambos sabíamos que eso no era así y que seguramente la chica había hablado de más para ayudarlo a conseguir el empleo. La japonesa lo estimaba mucho y lo trataba como un hermano menor, siempre preocupándose por él de una forma familiar y agradable. De hecho, el peli naranjo había intentado algo con ella antes y lo único que había recibido había sido carcajadas. Así que no lo quería de esa forma, pero sí bastante.

Me sentía alegre por él, me gustaba ver que se entusiasmaba viendo los trabajos de la revista, lo animado que lucía por conocer Tokio en su tiempo libre y lo pequeño y vulnerable que se veía cuando recordaba que estaría solo y tendría que volver a hacer amigos. Chan incluso había ofrecido pedirle a Sana y Momo que lo acompañaran para comenzar a aprender el idioma mejor y familiarizarse, pero Minho se había negado, diciendo que no eran lo suficientemente cercanas para solicitarles algo así. Quizás Sakura podría acompañarlo y mostrarle los alrededores.

Me gustaría poder haberlo acompañado en esa aventura.

Mientras tanto, yo estaba muy confundido. No sabía bien lo que quería y me sentía muy frustrado. Aún no había hablado con nadie para saber dónde podría quedarme una vez no pudiese seguir pagando este alquiler, a pesar de que Minho había dicho que dejaría pagada su parte por unos tres meses luego de que él se fuese, sin dejarme negarme. En seis meses me convertiría en sacerdote y la idea me ponía nervioso. No lograba creerlo del todo. Se me hacía muy extraño y ajeno, pero era lo que había decidido.

Los toques en la puerta llevaron mis pies hasta ella, así que la abrí, encontrándome con un peli rosado alto que me miraba con una sonrisa y levantaba una bolsa en sus manos.

–Compré pollo frito, no me lo agradezcas —sonrió, pasando por mi lado sin permiso.

Negué con la cabeza y cerré la puerta. Hace unos meses que habíamos hablado y luego de ese día, solíamos tener conversaciones por texto contándonos algunas cosas. A veces nos habíamos juntado en su casa y compartido alguna serie. Era como un nuevo amigo, uno cercano con quien podía hablar de lo que sea. Aunque muchas veces chocábamos y tendíamos a elevar la conversación hasta que uno cedía y terminaba admitiendo el error.

–No era cierto lo que dije —se volteó a mirarme—. Agradéceme.

Entrecerré los ojos.

–Gracias, Hyunjin hyung —sonreí exageradamente.

Comenzó a reírse y aplaudir fuerte mientras yo pasaba por un lado y le quitaba la bolsa para sentarme en uno de los sillones individuales. Saqué todo de ella mientras él también se sentaba, tomándose el abdomen.

Sé que sientes esto~ [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora