– ¿Harukawa?– Estaba algo preocupada pero veo que todo se encuentra bien. Adiós Saihara.
– E-espera, ¿Hasta donde escuchaste la conversación?
– Todo.
– ¿Todo?
– Todo, pero no te preocupes por eso.
Yo solo veía sentado como Saihara y Harukawa conversaban, muy a penas podía seguirles el ritmo, no había estado durmiendo bien y ahora las consecuencias hacían efecto.
Al poco de unos minutos Harukawa se fue y Saihara volteo hacia mi de nuevo.
– Entonces, ¿no es una mentira ni nada?
Solté una risa antes de responder eso, Saihara a veces parecía no estar en la misma conversación.
– No hay mentira esta vez, o quizás-
Antes de poder terminar mi frase mi vista se volvió oscura y no escuchaba nada, me acababa de desmayar.
Abrí mis ojos lentamente para darme cuenta que estaba en una habitación desconocida ¿estaba soñando?
– ¿Ouma-kun? Te haz desmayado de la nada, pensé en esperar un rato a qué despertaras pero se hizo demasiado tarde así que te he traído a mi casa.
Antes de responder algo sentí como algo helado caía en mi frente.
– Lo siento, parece que tienes algo de fiebre así que te he estado poniendo paños. También cuando te desmayaste caíste al suelo y te raspaste un poco las manos pero ya te he desinfectado las heridas.
– ¿Saihara-chan el enfermero definitivo?– dije mientras volteaba a ver mis manos, tenía puesto unos curitas que parecían colocados de manera torpe. A pesar de la situación era lindo que se preocupara así, solo atiné a reírme un poco mientras Saihara me veía confundido.
– ¿Tienes hambre?
– Me encuentro bien, creo que será mejor regresar a casa antes de que se haga más tarde.
– En realidad ya es muy tarde, será mejor que te quedes.
– Soy el líder supremo, no le temo a las calles oscuras.
– Lo sé, pero podrías desmayarte a medio camino y eso sería peligroso.– Dijo mientras pasaba sutilmente su mano por mi cara.
– Bueno, ya que Shumai insiste.
– Voy a prepararte un sándwich o algo, tú ve tomando una ducha mientras tanto. Te he dejado ropa limpia ahí.
– Gracias– dije canturreando un poco mientras me levantaba.
Fui merodeando por la casa de Saihara hasta llegar a la habitación correspondiente, tome un baño y me puse la ropa prestada.
– Siéntate aqui, come algo.
– Bueno.
– Oye Ouma-kun, ¿cómo te enteraste de eso? Se que dijiste que somos destinados y eso pero-
– Por tu olor– dije despreocupadamente mientras seguía llenándome las mejillas con el emparedado.
– Pero yo ya no poseo un olor...
– Lo sé, pero yo puedo olerlo. Aunque sé que no puedes oler el mío incluso ahora que toda la casa apesta a mí.
Saihara intento olfatear un poco al aire, seguido solo bajo la mirada hacia sus zapatos. Me hizo sentirme un poco triste.
– Tal vez después puedas hacerlo.
– ¿Tú crees?
– Sí, he terminado de comer.
– ¿Tienes más hambre? Si no será mejor que vayas a dormir.
– Creo que haré eso último, pero ven a dormir conmigo.
Después de soñar tanto con el pasado de Saihara había estado muy nervioso durante las noches, tal vez ahora que Saihara estuviera al lado mío sería más fácil relajarme.
– No creo que sea buena idea.
– Vamos Saihara-chan– tomé de su mano y me dirigí hacia su habitación– durmamos.
Saihara apagó la luz mientras yo me acomodaba un poco en la cama, seguido se acostó a mi lado y empezamos a dormir.
Cómo era costumbre me desperté en pleno sueño, habían pasado solo 10 minutos. Por suerte ahora que Saihara estaba al lado mi lobo no estaba nervioso como solía estar.
Me acurruque un poco más cerca de Saihara, a pesar de que su olor es menos potente que prácticamente cualquiera, si me acercaba lo suficiente podía olfatearlo claramente. Después caí profundamente dormido.
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- ¡Hey Delta! - Saiouma/Oumasai
Non-FictionUna academia llena de talentos. Shuichi Saihara vive una vida como un beta ocultando el secreto de su pasado. Kokichi Ouma que descubrió su secreto. ______________________________________________________ |•| Esta historia es mi autoría así que si de...