CAPÍTULO 20

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*Anteriormente*


Christopher salió de su edificio en donde estaba su oficina, viendo el cielo sombrío y oscurecido, las nubes formándose en una simetría apretada para luego dejar caer agua de lluvia en las concurridas calles. Sacó un cigarrillo, un constante picor en su cuello desapareciendo cuando sus labios se encontraron con el delgado cigarrillo encendido.

Su auto se detuvo frente a su edificio, y Aaron se apresuró a salir para abrirle la puerta. Christopher entró en la parte trasera del auto, suspirando para sí mismo, con los músculos doloridos por el largo día de arduo trabajo legal.

"Para la casa de Erick", dijo Christopher. Aaron lo miró a través del espejo retrovisor.

"En realidad... um... la señorita Camila está de regreso en su casa. Me dijo que lo llevara para allá" dijo Aaron, luciendo nervioso.

Christopher frunció el ceño. "¿Ella está de vuelta?"

Durante dos semanas, desde que Christopher le había dicho a Camila que quería el divorcio, no había ido a su casa. Quizás una o dos veces para ir a buscar ropa, pero por lo demás, la vista de la casa que una vez fue memorable y llena de amor ahora le recordaba a Christopher su dolor y a ella.

Camila regresó a su ciudad natal, suponía. Y de repente, había vuelto. La mandíbula de Christopher se apretó. Con suerte, lo había llamado para discutir los papeles del divorcio. Porque Christopher quería ver a Erick.

Con Erick todo era mas fácil. Más sencillo. Erick era hermoso en el dormitorio e igualmente fuera de él... Su delicada Moonflower. Todo en él hacía suspirar el corazón de Christopher. Era un fresco día de verano en un invierno frío y abrasador.

El coche llegó a la casa y Christopher salió de él bastante rápido, ignorando la llovizna que había comenzado. Abrió la puerta de la casa y entró, viendo las luces tenues en el estudio y en ningún otro lugar.

"¿Camila?" Christopher llamó, con una leve molestia en su tono. Se quitó el abrigo y lo colgó en el perchero, caminando hacia el estudio.

Camila estaba apoyada contra la pared, junto al teléfono negro, con la bocina contra la oreja, escuchando. Estaba pálida y notó su presencia

Christopher intervino y sus ojos se dirigieron a los papeles de divorcio que estaban en su escritorio. Sin firmar, probablemente ni siquiera leídos. Christopher se burló. "Por supuesto. No podía esperar nada menos de la mujer más obstinada que conozco."

Christopher la miró. Sus ojos estaban muy abiertos, vidriosos. "¿Por qué me hiciste a venir aquí? ¿Tienes un bolígrafo? ¿Es para firmar los papeles, Camila? Si no, prefiero irme ahora".

"C-Christopher," Camila soltó suavemente. Christopher se dio la vuelta, mirando sus estantes. "Te conseguiré un bolígrafo. Haré todo lo que sea necesario para deshacerme de..."

Camila soltó el teléfono de sus manos, dejándolo colgar del alambre rizado.

Somebody To Love  | ChrisErick |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora