Team 7: Almas De Fuego

Capítulo 8

Verlos era como verse a si mismo.

Verlos de esa manera le trajo a su memoria los recuerdos de la primera vez que tuvo que tomar una vida, la primera vez que sus manos derramaron sangre ajena solo porque sus superiores así se lo ordenaron.

Él había actuado frío y antipático como de costumbre, pero en la oscuridad de la noche él lloró por aquella primera vida que tuvo que arrebatar, por aquella vez donde todo rastro de su inocencia fue borrado. Cada misión a la que iba siempre se perdían vidas y él tuvo que aprender a aceptar esa dura realidad.

Porque quisiera o no, así era el Mundo Ninja. Un mundo cruel y despiadado que no tenía misericordia con los débiles de voluntad y los que carecían del poder necesario para sobrevivir en un mundo donde la regla para vivir era simplemente la supervivencia del más fuerte.

-Ey, vengan aquí- Kakashi se acuclilló haciendo que los niños se levantaran y se acurrucaran contra él sin dejar de llorar.

El peliplata suspiró sabiendo que le mancharían la ropa de sangre y lágrimas, pero no le importó en ese momento. Sus niños estaban sufriendo...
No era bueno consolando pero ¿Quién dijo que tener hijos era fácil?

Volviendo al tema

¿Qué era ser un Shinobi?

Un Shinobi para muchos tenía demasiados significados.
Podían definirlo de diferentes maneras, pero como sea, un Shinobi era simplemente un ninja, un asesino a sueldo...un mercenario, un militar al servicio de aquellos que les pagaban por sus servicios.
Eso es lo que eran ellos, porque incluso en las misiones más fáciles como eran las rango D, a los niños se les inculcaba el hecho de tener que cobrar por sus trabajos por mínimos que fueran, se les enseñaba a seguir ordenes y a respetar a sus superiores. A los ninjas como ellos se les enseñaba que las ordenes de sus Kages eran una ley, no importaba la Aldea o la Nación donde estuvieran, las ordenes de su Kages tenían que cumplirse al pie de la letra.

Y aquellos que desafiaban las ordenes de sus Kages eran considerados traidores, tachados como renegados y obligados a vivir como enemigos el resto de sus vidas, viviendo en la oscuridad siempre sabiendo que podían ser cazados por las demás Naciones.

En muchas ocasiones se les ordenó acabar con pueblos enteros solo porque el Hokage lo ordenaba, incluso a él mismo le tocó muchísimas veces asesinar inocentes a sangre fría solo porque era por el bien de su Aldea o por el bien de su Nación.
Así como lo hicieron muchos de ellos.

Itachi entre ellos.

Porque no importaba cuantas ganas tuvieran de negarse, ellos solo tenían que seguir las ordenes sin importar si morían en la misión.
Y así era también como los Kages eran simples títeres de los grandes Señores Feudales.

Viera por donde se viera, los ninjas solo eran armas y herramientas para la guerra que los Feudales utilizaban a su antojo.

Y sus pequeños niños habían tenido la desgracia al igual que muchos, de nacer en ese cruel mundo.

-L-Los matamos, sensei...- susurró Naruto con la voz ahogada ocultando su cabeza en el hombro del peliplata.

-Lo sé- susurró acariciandole los mechones rosados a Sakura quien no paraba de sollozar- Fui yo quién les ordenó matarlos ¿No lo recuerdan?- preguntó con una voz calmada y pacífica mientras sacaba un pañuelo para limpiarles las lágrimas y la sangre que manchaba sus rostros.

-P-Pero...n-no teníamos que matarlos...hubiera bastado con atraparlos- sollozó Sasuke aún temblando.

Sasuke se podía considerar un niño emo, frío, con deseos de venganza contra su hermano. Había jurado matar a Itachi por lo que le hizo a su familia...
Sin embargo Sasuke seguía siendo solo eso: un niño.
Un niño que clamaba venganza y muerte, pero sin conocer realmente el significado de quitar una vida a sangre fría.