Capítulo 53: Agridulce

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—¿Se conocen? –fue la pregunta en conjunto tanto de Maeko como de Hayato. Ambos les miraban esperando su respuesta.

—Sí, de hace un tiempo atrás…-habló Axelle, aun conservando aquel trance que aquellas simples palabras habían ocasionado en ella.

—¡¿En serio?! De verdad que el mundo es bastante pequeño…-el pelinegro rascó su barbilla con ansiedad.

—¿Se ha negado, no es verdad? –habló al fin Kishou, mirando a su mánager.

—¿Si ya conocías la respuesta para que me haces venir a buscarla? –replicó con desanimo.

—Supongo que pensé que cambiaría de opinión en cuanto supiera de quién se trataba –comentó tranquilamente tras tomar asiento frente a aquel par de mujeres-. ¿O sigues renuente de aceptar este trabajo, Axelle?

—Yo sólo modelo, no actúo ni nada parecido –aclaraba nuevamente.

—Entonces haz lo que sabes hacer –ella no comprendió del todo sus palabras y él lo notó de inmediato-. Modela para la portada de mi disco, Axelle –las pupilas de esa chica simplemente se dilataron a no más poder ante semejante petición-. No es la primera vez que lo haces, ¿no?

—…Ryusaki Seishirou…-musitó en automático. Todavía recordaba aquel trabajo con tan amable chico.

—Justamente –guardó sus manos en el resguardo de sus bolsillos, intensificando su mirada hacia su persona-. No creo que tengas razones para negarte, ¿o sí? Después de todo, estoy pidiendo que hagas algo que estás acostumbrada a realizar.

—Uh…Él tiene toda la razón, sin embargo…

—No muerdo, Axelle –ironizó-. No creo que tengas que tenerme miedo, después de todo, me conoces de hace tiempo –sonrió ladinamente, con cierta burla.

Ese es el problema, que te conozco…

—Es una gran oportunidad, Axelle. Está claro que lo harás excelente, ¿qué me dices? –a la rubia le quedaba claro que su jefa quería quedar en buenos términos con Hayato y podía olerse las verdaderas razones de su insistencia.

—Mmm…Está bien. Un trabajo como ése puedo hacerlo sin problema alguno –mencionó. Esa respuesta satisfizo a esos tres por igual.

—Siendo el caso, ¿podemos iniciar el trabajo mañana por la tarde, Axell-chan?

—Sí, está bien.

—Ya que Axelle ha aceptado, ¿no es mala idea que nos divirtamos un poco, o sí, Hayato? –los celestes ojos de aquel hombre miraron con cierta diversión a su superior-. Mañana nos preocuparemos del trabajo.

—Todavía tengo que hablar contigo y el resto por haber hecho una presentación gratuita en un sitio como éste sin mi autorización –le regañó.

—Velo como una promoción de la banda, Hayato. Si les gusta lo que tocamos, entonces irán a nuestro concierto y compraran nuestros discos. Algo así como una prueba y error –se excusó.

—Espero que tú no tengas este tipo de problemas con tus chicas, Maeko –el pobre iba a terminar muriendo de estrés y enfado si todos los artistas que le tocaban eran igual que Kishou.

No existía culpa más grande por irse de parranda que cuando llegaba ese momento en que se debía levantarse y darle la cara al nuevo día. ¿Es que simplemente no podían dejarle dormir un poco más?¿Acaso era demasiado pedir?

Lo único que podía hacer era echarse las cobijas encima e ignorar a quien intentaba sacarle de su apacible lecho. A su parecer era demasiado temprano como para que estuvieran incordiándole con algo como eso.

Addicted to U [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora