Era otra mañana calurosa de verano, los comerciantes poco a poco comenzaban abrir sus negocios comenzando así la rutina del día a día. Un chico de cabellos pelinaranjas iba montado en su bicicleta pasando por las calles a toda prisa esquivando de vez en cuando a personas que se le cruzaban por su camino, y es que se le estaba haciendo tarde para llegar a la preparatoria Karasuno, lo peor del asunto es que no podía darse el lujo de volver a llegar tarde o sino el entrenador Ukai lo castigaría sin poder practicar al volleibol. Ya varios profesores le habían dado la queja de su impuntualidad sumándole que no ponía atención a las clases ganándose un reporte por parte de la dirección, tenía que llegar a tiempo si o si, no permitiría que lo dejaran sin jugar por culpa de su irresponsabilidad.
Mientras tanto por otro camino iba un chico de cabello pelinegro corriendo todo lo que sus piernas le permitían, ya tenía un reporte por haber llegado tarde dos veces anteriormente, no les daría la oportunidad de que le prohibieran jugar a lo que más amaba, además que tenía que probarle a cierto chico con cara de idiota que él era mucho mejor en el volleibol. Jamás dejaría que él lo superara.
Hinata había por fin llegado a Karasuno teniendo tiempo de sobra, acomodó su bicicleta de modo que no se fuera a caer soltando un largo suspiro tratando de tranquilizar los acelerados latidos de su corazón por el esfuerzo que hizo. Al girarse se topó de frente con Kageyama este jadeaba se notaba que había corrido por horas, este en ningún momento apartó sus ojos del peli naranja haciendo que él frunciera el ceño molesto. Kageyama no mostraba expresión alguna en su rostro provocando que el ambiente se pusiera algo tenso, ambos se miraron retadoramente comenzando a correr a toda prisa esquivando uno que otro alumno que los miraban extrañados por su actitud tan rara.
A lo lejos Suga, Daichi y Azumane los miraban con una gotita en la sien puesto que ya no les causaba rareza ver a esos dos compitiendo por cualquier tontería. Los dos llegaron al mismo tiempo al salón dejándose caer escandalosamente en el piso haciendo que sus compañeros se sobresaltaran por el gran alboroto dedicandoles miradas curiosas pero al ver que eran ellos los ignoraron ya estaban acostumbrados a sus competencias sin sentido.
—Para que lo sepas llegue primero que tu bakeyama.
Exclamó Hinata con los brazos cruzados provocando que el pelinegro lo viera con cara de pocos amigos
—Hinata idiota, yo llegué primero ¿acaso no lo viste? Lo que tienes de enano lo tienes de ciego.
Le respondió Kageyama con una sonrisa burlona haciendo que al peli naranja le saliera humo hasta por las orejas por lo molesto que se encontraba.
El pelinegro sabía que Hinata odiaba que se burlaran de su estatura por eso le gustaba provocarlo se miraba muy lindo... esperen un momento de cuando acá ese idiota le parecía ¿lindo? En que demonios estaba pensando. Sin duda estaba mal de la maldita cabeza, mira que llegar a pensar que Hinata es lindo era llegar ya muy al extremo al parecer le hacía falta ir a terapia. Eso de pasar demasiado tiempo al lado de él le estaba causando estragos en su cerebro.
Cuando Kageyama reaccionó se dio cuenta de la enorme cercanía de Hinata ¿en qué momento se acercó tanto a él? podía sentir su cálido aliento a unos centímetros de sus labios y por lo que podía notar él ni siquiera se había percatado de eso.
Hinata lo miraba muy molesto por el comentario que hizo sobre su estatura. Sin querer sus miradas se conectaron haciendo que el corazón de ambos se acelerara de una manera desenfrenada. Por fin el peli naranja se había dado cuenta en la situación en la que estaban al instante sus mejillas se tornaron de un color carmesí mientras que el pelinegro lo miraba fijamente sin mostrar expresión alguna.
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Los Celos De Kageyama
FanfictionKageyama comienza a despertar ciertos sentimientos hacia Hinata, pero una mala confusión provoca que todo se vuelve un caos ¿que hará nuestro querido Kageyama al respecto? ¿Será que nuestro setter se confesara? O dejará las cosas como estan