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ROMPER UNA AMISTAD PUEDE SER MUY FÁCIL, SOLO NECESITAS REVELAR UN SECRETITO


En cuanto nuestro turno acaba, Seth y yo nos vamos a los vestidores para cambiarnos. Yo me tomo mi tiempo pensando en qué podría contarle de interesante para recibir información a cambio, provocando que ponerme los zapatos me tome una infinidad. Gracias a esto me encuentro con Camille, quien también ha entrado a cambiarse de ropa.

—Eh —me saluda—. No te he visto hoy casi. ¿Dónde has estado?

«Huyendo de tu ex», pienso soltarle sin más. Luego pienso en que usar la palabra «ex» sería demasiado duro para ella. Puede que lo niegue o finja que terminar su relación no le produce nada, pero yo no olvido lo feliz que estaba cuando iban a celebrar su aniversario. Le brillaban sus ojos como dos chispas vivas. Incluso hablando de él, logré notar que nunca habló de lo que ella siente, sino que de lo que Raziel creía mejor.

—Hola —saludo de vuelta mientras abrocho los cordones. Por alguna razón estúpida, parece que mis dedos están cubiertos de mantequilla porque soy un desastre para atar el nudo—. En la boletería, hablando con Seth.

Sé que mencionar a Bellish está demás, pero Camille hablará con Raziel; quiero que, si ella se lo menciona, a Raziel se le retuerza el estómago.

—Ah... con razón... —La miro sin comprender. ¿De qué me perdí?—. Creo que a Raziel le dará tortícolis, porque no dejaba de mirar en esa dirección.

—Creo que desea decirme algo. —Me pongo de pie; he finalizado con los zapatos. Ahora solo debo ponerme el abrigo—. Pero tendrá que ser para otro día.

—Si es algo importante no le gustará que lo hagas esperar —dice en un sutil tono de advertencia. Sé que lo hace con sus mejores intenciones, pero me fastidia que sea yo la que debe tener cuidado de no molestar a don Trabajosirviendotragos.

Eso me recuerda...

—Anoche, antes de irme, ¿qué me ibas a decir? —Frunce el ceño como si necesitara más información para recodar—. Dijiste que yo también le gusto, pero que tuviera en cuenta algo. Fue el «pero» más dramático de mi vida.

Abro la boca y echa la cabeza hacia atrás, al parecer acaba de recordar.

—Te iba a decir que, por mucho que le gustes, él pondrá sus propósitos por delante. No porque sea una pésima persona que quiere hacer daño; lo hace porque a él lo han dañado. Hay dos cosas que motivan a las personas con tanta fuerza que probablemente llegarían hasta el fin del mundo: el amor y la venganza. Las motivaciones de Raz son ambas. Él ama a su hermana a pesar de que no lo sea en realidad, y también está dispuesto a vengarse con el mismísimo Dios por lo que le hicieron.

Eso explicaba por qué se besó tan complacidamente con aquella mujer, por qué decidió entrar a trabajar en un club nocturno, por qué aceptó la ayuda de Seth. Raziel es como un caballo de carrera que no ve más que su meta, y está corriendo tan rápido y feroz que no volteará a ningún lado, por nada ni nadie.

—Toc, toc. —Seth se asoma a la habitación. Echa un vistazo sin darle ninguna importancia al hecho de que Camille esté con la camisa desabotonada. Cuando su mirada se posa sobre mí, entra sin una clase de pudor—. Te estoy esperando.

—¡Oye! —me apresuro a detenerlo y darle media vuelta hacia la salida— Este es el vestidor de chicas.

—¿Y qué?

—No puedes estar aquí. —Odio tener que decir una obviedad, pero es Seth, le falta un tornillo.

—Pff... —emite— No tienen nada que no haya visto antes, relajen el culo.

INTENCIONES OCULTAS  EAM#2 | PRONTO EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora