Capítulo I

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Oigo al público aplaudir antes de mi actuación. Aplauden como locos y gritan mi nombre mientras me vitorean y alzan las manos en el aire.

Cada vez se oyen más fuertes y se me acelera el corazón.

- Bien.

Respiro hondo, he practicado muchas veces. Llego la hora de brillar.

- ...¡Y ahora damas y caballeros!... -Oigo al director del circo hablar. -¡Los invito a ser testigos de la belleza y elegancia en estado puro! Démosle un fuerte aplauso a...

Abro los ojos.

Lo único que veo es un trapecio frente a mi.

Es el momento, estoy lista.

- Por favor... ¡que no meta la pata! - Me digo a mi misma mientras me adentro en el escenario.

Estiro los dedos de los pies y me pongo en puntillas mientras me balanceo para tomar impulso.

- ¡Nuestra doncella voladora, Hatsu!.

Nada más oír mi nombre saltó con todas mis fuerzas.

-¡AAAAAAAAH!- oigo gritar al público, entre asombrado y aterrado por mi pirueta.

Estiro los brazos todo lo que puedo.

Me siento ligera, como si tuviese alas que me permitiesen cruzar el escenario.

Sonrío, segura de que voy a llegar al otro lado.

Pero, de repente...

-¡Aaaah!

El trapecio desaparece y me precipito.

Las luces brillantes del circo se oscurecen a medida que me sumerjo cada vez más en el abismo.

Lo siguiente que recuerdo es estar envuelta por la oscuridad.

-¡¿Q-que ocurrió?!

La pregunta retumba en mi cabeza. Parece que la oscuridad arrebató mi voz.

Aunque abro la boca para gritar y pedir ayuda, no consigo decir nada.

-¿Me voy... a morir?.

Entonces se me vienen las imágenes a la mente...

El director, el circo, las sonrisas de la gente que vienen a vernos.

Son mis recuerdos.

Pero...esto...¿es lo único que tengo...?

Cierro los ojos lentamente resignada, mientras dejo que la muerte me lleve consigo.

-¡Cof! ¡Cof! ¡Ajjf!

Doy un salto de la cama e intento tomar aliento.

Me despierto en un mar de sudor.

A juzgar por la sudada que estoy, podría haber sido verdad.

Me rodeo el cuello con los dedos y respiro hondo para intentar calmarme.

-¿Que ha sido eso? ¿Otra pesadilla?.

Echo un vistazo a mi alrededor para asegurarme de que no ha sido un sueño.

Parece que todo está en orden, así que suelto un suspiro de alivio y miro mi reloj de bolsillo.

-Son las tres de la mañana...

Pienso en la pesadilla que acabo de tener e intento deshacerme del nernerviosismo.

Me echo las manos a la cara y me pellizco las mejillas un par de veces.

-Bien, Hatsu... No dejes que esto te afecte. Hoy es un día importante para el circo, así que te conviene descansar un poco ¿bien?.

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