Capitulo 3. Invitación de diez minutos

549 13 1
                                    

-         - Perdone, ¿puedo saber si me está escuchando o está en la luna de Valencia? – me dijo bastante mosqueado al  ver que no le hacía caso ya que solo lo estaba mirando y ni siquiera había quitado la pierda de donde le molestaba.

-         - Oh! Perdona-  fue lo que pude llegar a decir.

-        -  No tendrías que pedirme perdón si no estuvieras con el móvil y te fijaras mas a tu alrededor niña.- eso que me dijo me mosqueo bastante ya que soy una chica con bastante carácter y me saco de ese ensueño en el que me tenia sometida aquel hombre.

-         - Pues déjame decirte que voy como se me da la gana y no vas a ser tú el primero que me diga como tengo que ir o que tengo que hacer “niño”.

-         - Pues ¿sabe qué? – dijo irónicamente

-         - ¿Qué?

-       - Qué cómo no se le ocurra quitar el pie voy a ir hasta la cabina de donde está la azafata y voy a poner una queja para que le regañe si puede ser el comandante mismo

Fue lo último que escuche a decirle ya que pase de esa conversación poniéndome de nuevo los cascos y para que no tuviera más problemas con él le quite la pierna también. Y así pasamos las creo que dos horas y media de avión sin hablarnos ni mirarnos ni un poco por lo menos de su parte. Porque yo me pase la primera media mirándolo a ratillos, y digo media hora porque el último minuto hizo como un tipo de sonrisa que no llegaba a ser sonrisa pero que se le marcaban los hoyuelos y me puse nerviosa pensando que me habrá pillado mirándolo.

Cuando bajamos del avión fuimos todos los pasajeros a recoger nuestras maletas, yo solo llevaba una con alguna ropa para aproximadamente una semana, ya que pensaba cómprame más allí.

Cuando la recogí fui directamente a la calle para que un taxi me llevara hacia mi departamento  pero antes de todo eso note que alguien me agarraba y tuve la misma sensación que en el avión. Y no me equivoque que cuando al darme la vuelta era el mismo chico que se sentó a mi lado.

-         - Eh… - se notaba bastante nervioso- solo quería decirte que me perdonara por la situación de antes, no fue mi intención pagar con usted mis problemas. Lo siento, de verdad.

-        -  No pasa nada, también ha sido mi culpa – se me estaba formando una pequeña sonrisa al ver que el estaba realmente nervioso, y eso le hacía más atractivo.

-        -  Bueno ya que estamos realmente perdonados, ¿qué tal si nos presentamos de nuevo y me deja invitarla aunque sea un caramelo?- eso comentario hizo que soltara una pequeña carcajada y él le pareció divertirse de mi expresión

-        -  Bueno, está bien. Me llamo Adriana ¿y  tú?

-         - Yo soy Alejandro. Encantado.

-      - Igualmente. Pero déjame decirte que no me gusta que me traten tan cortésmente, si quieres puedes tutearme.-  Alejandro sonrió.

-        -  Está bien Adriana  ¿vamos?

-         - Vale.- dije tímidamente

Con esas nos fuimos a la cafetería y nos pudimos conocer un rato, bueno solo diez minutos, no mucho pero suficientes para que me gustara más.

Después de que me acompañara al taxi y él se fuera a su reunión, le dije al taxista mi dirección y con esas nos fuimos.

Un año para recordarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora