- - Perdone, ¿puedo saber si me está escuchando o está en la luna de Valencia? – me dijo bastante mosqueado al ver que no le hacía caso ya que solo lo estaba mirando y ni siquiera había quitado la pierda de donde le molestaba.
- - Oh! Perdona- fue lo que pude llegar a decir.
- - No tendrías que pedirme perdón si no estuvieras con el móvil y te fijaras mas a tu alrededor niña.- eso que me dijo me mosqueo bastante ya que soy una chica con bastante carácter y me saco de ese ensueño en el que me tenia sometida aquel hombre.
- - Pues déjame decirte que voy como se me da la gana y no vas a ser tú el primero que me diga como tengo que ir o que tengo que hacer “niño”.
- - Pues ¿sabe qué? – dijo irónicamente
- - ¿Qué?
- - Qué cómo no se le ocurra quitar el pie voy a ir hasta la cabina de donde está la azafata y voy a poner una queja para que le regañe si puede ser el comandante mismo
Fue lo último que escuche a decirle ya que pase de esa conversación poniéndome de nuevo los cascos y para que no tuviera más problemas con él le quite la pierna también. Y así pasamos las creo que dos horas y media de avión sin hablarnos ni mirarnos ni un poco por lo menos de su parte. Porque yo me pase la primera media mirándolo a ratillos, y digo media hora porque el último minuto hizo como un tipo de sonrisa que no llegaba a ser sonrisa pero que se le marcaban los hoyuelos y me puse nerviosa pensando que me habrá pillado mirándolo.
Cuando bajamos del avión fuimos todos los pasajeros a recoger nuestras maletas, yo solo llevaba una con alguna ropa para aproximadamente una semana, ya que pensaba cómprame más allí.
Cuando la recogí fui directamente a la calle para que un taxi me llevara hacia mi departamento pero antes de todo eso note que alguien me agarraba y tuve la misma sensación que en el avión. Y no me equivoque que cuando al darme la vuelta era el mismo chico que se sentó a mi lado.
- - Eh… - se notaba bastante nervioso- solo quería decirte que me perdonara por la situación de antes, no fue mi intención pagar con usted mis problemas. Lo siento, de verdad.
- - No pasa nada, también ha sido mi culpa – se me estaba formando una pequeña sonrisa al ver que el estaba realmente nervioso, y eso le hacía más atractivo.
- - Bueno ya que estamos realmente perdonados, ¿qué tal si nos presentamos de nuevo y me deja invitarla aunque sea un caramelo?- eso comentario hizo que soltara una pequeña carcajada y él le pareció divertirse de mi expresión
- - Bueno, está bien. Me llamo Adriana ¿y tú?
- - Yo soy Alejandro. Encantado.
- - Igualmente. Pero déjame decirte que no me gusta que me traten tan cortésmente, si quieres puedes tutearme.- Alejandro sonrió.
- - Está bien Adriana ¿vamos?
- - Vale.- dije tímidamente
Con esas nos fuimos a la cafetería y nos pudimos conocer un rato, bueno solo diez minutos, no mucho pero suficientes para que me gustara más.
Después de que me acompañara al taxi y él se fuera a su reunión, le dije al taxista mi dirección y con esas nos fuimos.
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Un año para recordar
Художественная прозаAdriana, cautivadora chica apasionada por el mundo del patinaje sobre hielo, se enamora de Alejando, empresario importante de Viene, con algún que otro episodio que lo trastorna en su vida. historia de amor con un toque erótico :D