ᴛʀᴇɪɴᴛᴀ ʏ ᴄɪɴᴄᴏ

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FLASHBACK SIETE

MAYO DE 1997,
TIERRAS ALTAS DE ESCOCÍA-HOGWARTS.

Diana pasó la mayor parte de la noche en vela, dejando que los recuerdos de Draco la envolvieran en una melancolía suave y familiar.

Estaba obsesionada con descubrir ese fuego lejano en sus ojos. Que era lo que provocaba que la tormenta de su mirada estallara en rayos furiosos.

Ella sabía que había algo. Y quería descubrirlo. Atraparlo con sus manos y estudiarlo a fondo.

Ella cerró el cuaderno anterior e inició uno nuevo.

Se vio inmersa en un mar de nuevas reflexiones sobre él, como olas de nostalgia que se mezclaban con la fatiga y la bruma de la noche.

Su corazón se sintió casi ligero.

"Masajea las manos y muñecas haciendo masajes relajadores [podría usarlo como método de relajación después de usar maldiciones asesinas oscuras: XXX]

Podría ser un poeta, habla como si calculara cada palabra que se desliza por sus labios.

¿Artista o sanador? Sus manos son hábiles. Rápidas.

Una cálida ola de melancolía la envolvió, haciéndola sonreír en el silencio de su alma, mientras conseguía restablecer el ritmo de su respiración.

A pesar del sutil juego que danzaban entre ellos, entrelazando besos con lecciones de oclumancia, compartiendo memorias y enseñando artes de defensa, siempre subyacía una tensión palpable, como si fueran dos serpientes, aguardando el momento en que una de ellas finalmente se decidiera a atacar.

No era un monstruo, al menos no del todo. Estaba luchando por algo, tratando de llevar a cabo su propósito. En su plan, había un quiebre, un desacuerdo con Snape.

No se trataba de la guerra, tampoco de la Orden, ni siquiera de Harry o el trío de oro. Había algo que intentaba preservar, algo que sostenía su estrategia. Y a través de ella, buscaba asistir a la Orden desde la distancia, con la esperanza de salvar lo que más le importaba.

Como Aquiles, Draco Malfoy no era solo un invulnerable escudo de hielo. Bajo la superficie de muerte, rabia y sombras, yacía un mundo más profundo en su interior, como el amoroso vínculo entre Aquiles y Patroclo, que revelaba una vulnerabilidad humana y una luz que pocos conocían.

Diana debía buscar como desbloquear todo eso. Ella podría usarlo. Aunque no estaba segura de como hacerlo.

Su plan rodeaba ayudar a la orden, reforzando a su asesina y atravesándola. Pero no sabía por qué.

¿Por que ella?

Su hipótesis no estaba completada. Pero poco a poco fue tomando coherencia.

En la danza de sus destinos, ella podría vencerle. Una sutil contienda había brotado entre ambos, como el juego de los dioses.

Sin embargo, debía ser precavida, no permitir que se tornara personal. En vez de eso, cultivaría la conexión entre ellos, como Afrodita cuidando una rosa en flor, con gracia y paciencia.

Éternel; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora