Capítulo 1

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La literatura, el cine, la religión, la ética, la música e incluso la tv, nos han hablado durante siglos del amor prohibido. En ocasiones convirtiéndolo en un estereotipo del romanticismo y en otras, la mayoría, condenándolo y otorgándole la etiqueta de pecado.
¿Pero en realidad que es un amor prohibido? ¿Cuáles son sus características? ¿Cómo se vive un amor así y como surge? ¿Que lo hace tan romántico para los poetas o tan pecaminoso para la sociedad?
Porque uno no va por la vida pidiendo vivir un amor así, uno que será juzgado por todos.
Un amor que no se pueda vivir en libertad, por la calle, a la vista de todos. Amén del sufrimiento que conlleva vivir amando a alguien en la oscuridad.
¿Vale la pena sufrir de esta manera y por estas razones? ¿La maravilla del amor lo vale todo? ¡Tal vez!
Tal vez el saberse amado y amar con todo tu ser te permite tolerar todo. Tal vez solo es falta de autoestima o mala suerte. Tal vez ese amor que esperaste siempre, llegó tarde a tu vida, cuando ya no hay vuelta atrás. O solo fuiste muy cobarde, lo dejaste ir y el destino te lo regresa para burlarse de ti.
Recuerdo que mi abuela decía que costaba el mismo trabajo enamorarse de un hombre guapo, rico, trabajador y con carro, que de uno feo, pobre, flojo y que viaja en metro. Que uno elige de quien y en que momento enamorarse. Que el libre albedrío es la clave.
¿Pero es esto cierto? No. Estamos expuestos a enamorarnos en el momento menos oportuno o esperado y de la persona incorrecta. Es algo que no se puede controlar. En un instante se prende la chispa y no hay manera de apagarla. Es una especie de combustión espontánea que te consume y acaba contigo.
Puedes elegir con quien casarte, con quien compartir tu vida, con quien hacer planes, pero no de quien enamorarte. Puedes incluso cubrir tu corazón con una gruesa capa de hielo durante años y blindarlo del sufrimiento. Pero el amor no admite reglas, normas o pautas. Nace y muere sin que tengas el menor control sobre él. Tiene vida propia.

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