⚜ 07 ⚜

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Pasaron los días mientras a la flor escarlata cada vez le quedaban menos pétalos aferrados a su centro. La flor se marchitaba al paso de los días, los minutos y los segundos esperando su cometido. Jungkook ahora sabía cuánto de importante era esa flor para la Bestia y para todos, sin embargo, él tenía la esperanza de que aquel hombre oculto bajo la apariencia de una bestia, volviera a su ser algún día.

Como ahora acostumbraba, Jungkook se encontraba en la biblioteca del castillo ojeando un libro con el que entretenerse y pasar el tiempo. Taehyung abrió la puerta de la estancia haciendo que el joven aldeano dejase de leer y levantase la mirada hasta dar con la Bestia, esta se acercó hasta uno de los estantes mirando de soslayo al joven. Ambos estaban de nuevo rodeados por estantes llenos de libros antiguos y polvorientos iluminados por la luz de los candelabros en la pared, creando un ambiente cálido y acogedor.

El joven muchacho volvió a centrarse en su lectura, quedando absorto, explorando las páginas llenas de cuentos y leyendas cuando, Taehyung, intrigado por el interés de Jungkook, se acercó silenciosamente y observó por encima de su hombro.

—¿Qué es lo que encuentras tan fascinante? —preguntó Taehyung, su voz ronca resonando en la tranquila biblioteca.

Jungkook levantó la vista, sorprendido por la presencia de Taehyung tras de sí. Según él le dejó ojeando una de las estanterías. Una sonrisa juguetona cruzó su rostro.

—Oh. Buenas noches, Taehyung —saludó en voz alta.

—Buenas noches, Jungkook —devolvió Taehyung esperando la respuesta de su pregunta.

—Lo que encuentro tan fascinante son las historias de mundos lejanos y amores imposibles. Es curioso cómo algunas de estas narrativas se asemejan a las de la realidad.

Taehyung se acercó aún más, sintiéndose atraído por la conversación.

—¿Amores imposibles, dices? —murmuró, con un brillo de complicidad en sus ojos dorados.

Jungkook asintió, cerrando el libro y levantándose de la silla.

—Sí, pero a veces, los amores imposibles encuentran un camino.

—¿Un camino feliz? —cuestionó la Bestia.

—Nunca se sabe.

—¿Y tú eres feliz aquí?

—¿Se puede ser feliz si no se es libre? —inquirió Jungkook.

Taehyung cerró parpados antes de comenzar a caminar y pasear por la biblioteca nuevamente, alejándose de la presencia de Jungkook, pues pensaba que su conversación estaba bien encauzada, más se dio cuenta con su nueva pregunta, se había vuelto a equivocar. Fue caminando hasta cruzar unos arcos que daba a una sala oscura contigua donde había más estanterías llenas de libros y una manta tapando algo grande y voluminoso en el centro de la sala. Lo primero que hizo fue apartar las cortinas de un par de ventanales que daban a la estancia, entrando una luz capaz de dejar ciego a cualquiera, iluminando cada tomo de las repisas de su alrededor.

Al escuchar tanto ruido, Jungkook se acercó hasta el lugar topándose con una incógnita tapada en el centro de la sala.

—¿Qué haces? —cuestionó intrigado mientras abrazaba al libro que estaba leyendo.

—Desempolvar lo que un día amaba y dejé.

La conversación de repente se había vuelto a tornar demasiado interesante a la par que curiosa.

—¿El qué es?

—Descúbrelo tú mismo.

Jungkook se acercó hasta el centro de la habitación, tomando la manta de una de las esquinas. Comenzó a arrastrarla descubriendo la pieza de madera pulida y brillante que había de bajo. Nada más y nada menos que un piano blanco. Al conocer lo que era, pudo aventar la manta quitándola de un tirón. Las partículas de polvo flotaban en el ambiente. Jungkook se quedó boquiabierto.

La flor escarlata ✧ TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora