La guerra de Valencia

Yo Roberto Aroabanera De Los Suburbios Pantanosos fui uno de los combatientes e íntimo amigo de Rodrigo De Vivar o mejor conocido como el Cid. Recuerdo aquel día en Valencia Rodrigo había citado a miles y miles de hombre para hacernos con la conquista de Valencia nuestro tesoro tan preciado, era de noche y hacia frio, estábamos todos juntos detrás de una colina donde Rodrigo planeaba una estrategia para salir gloriosos. Estuvimos mucho tiempo esperando que los caballeros de Valencia salieran de su reino para poder ejecutar el plan de Rodrigo el cual consistía en una vez ya salidos los hombres del reino nosotros entraríamos a tomar de rehenes a los habitantes haciéndonos con el territorio y matando poco a poco a los caballeros. Pero como siempre algo tenía que salir mal, los valencianos sabían que estábamos cerca de su reino y nos tuvieron esperando muchos días, pasábamos frio y mucha hambre, hasta que por fin salieron y nos fuimos contra ellos sin dudar y con mi espada en la mano empezamos a combatir, era una lucha que daba la sensación que no terminaba nunca ,entonces fue cuando oigo a Rodrigo gritar que nos marchemos ya que por lo que vi estábamos perdiendo así que nos fuimos a refugiar en el pueblo más cercano y allí estuvimos 1 semana. La gente del pueblo nos brindó ayuda, curas, comida y miles de cosas más como gente para luchar ya que el rey de Valencia los había tratado mal y los había mandado a matar en varias ocasiones, así que se unieron a nosotros. Hablando con Rodrigo, que estaba preocupado por la situación, le plantee un plan infalible para nosotros, el cual consistía en rodear toda la zona y hacerles creer a los valencianos que estábamos solos en un lugar para que fueran todos hacia allí y así poder envestirlos, a lo que Rodrigo me agradeció y felicito por el plan que había armado. Al día siguiente volvimos a la misma colina, pero esta vez con tropas rodeando toda Valencia, un caballero nos vio de la torre y grito “AHI ESTAN, A ELLOOOS”, nos preparamos bien y nuevamente con escudo y espada en mano nos lanzamos a ellos. Estaba en el medio de todos y tenía miedo de morir hasta que vi a nuestras otras tropas rodeando a los valencianos y matándolos por atrás sin piedad alguna, todo estaba saliendo bien hasta que vi lo peor que pude haber viste en años, una espada brillante con un mango forrado con terciopelo atravesó a Rodrigo como si nada, fui corriendo y con mucho rencor atravesé su garganta con mi espada justo antes de que lo rematara, di la orden de avanzar y me lo lleve a un costado a Rodrigo. Tenía un agujero la clavícula y se desangraba muy rápido, trate de hacer lo que pude, pero el sangrado hizo que muriera en el acto, alce mi cabeza y jure por su nombre que conquistaría Valencia así que rompimos la barrera de caballeros que ocupaba nuestro camino y entramos al reino, rápidamente matamos a los soldados de la ciudad y nos faltaba entrar a ese castillo tan grande. Entramos con una vieja jugada que siempre hacíamos con Rodrigo que consistía en formarnos en triangulo como flecha y avanzar sin miedo alguno, entramos y matamos a todos los guardias que se cruzaban en nuestro camino hasta que llego el punto que su rey dio el aviso que se rendian. Una vez más nos llevábamos la victoria de una de las batallas más difíciles de nuestra vida con un fallecimiento de inmensa importancia quedando a cargo yo como el nuevo Cid y haciéndole honor a ese nombre que pesaba como nada en el mundo.