Capítulo 43 - Por fin solteras (capítulo extra)

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Después del fin de semana en la montaña, Gabriela regresó a su casa muy decaída y triste. El haber tenido a Adriana ese día con ella y encima lo que pasó con la cirujana en el lago, en el baño y posteriormente en la habitación; y el haber hablado con Carla sobre sus sentimientos, le había hecho abrir los ojos sobre qué debía hacer con respecto a Daniela y a Adriana. Ya no tenía ninguna duda. 

Gabriela por fin tenía más que claro que su corazón le pertenecía completamente a Adriana. Sólo ella lo hacía latir con la fuerza necesaria para poder vivir y ser feliz. 

Daniela le daba estabilidad, comodidad, tranquilidad y muchas más cosas que ella necesitaba en una relación, pero no sólo buscaba eso. Quería que su corazón vibrara con ganas y energía cuando viera al amor de su vida. Que su estómago se removiera cuando a esa persona la tuviera cerca. Que sus mejillas se pusieran rojas como un tomate cuando esa mujer posara su mirada fijamente en ella. Que sintiera descargas eléctricas cada vez que esa persona tan especial simplemente la rozara. Que sintiera desmayarse cada vez que fuera a hacer el amor con ella porque de sólo verla desnuda y saber que la tenía sólo para ella, le dieran ganas de llorar. Y que cuando pasara eso, se sintiera la mujer más plena de la Tierra. Y todo eso por mucho que le doliera, Daniela no se lo producía. Su cuerpo sólo reaccionaba así con Adriana. 

Pasó esa semana entre el trabajo, su padre, y la cama. No estaba para nadie más. Iba hablando con Daniela por teléfono y quedó con ella que iría al siguiente fin de semana a verla. Por teléfono no le quiso decir que pensaba ir a verla para dejarla. Aunque Daniela ya la notó rara y sabía que algo malo iba a pasar ese fin de semana.

Mientras, Adriana también se había quedado mal después de lo que pasó en la montaña con Gabriela.  Cada vez le costaba más verla y aceptar que se iba a casar con Daniela. No se hacía a la idea de que iba a perder a esa mujer para siempre. ¿Cómo iba a poder vivir ella con eso?¿Cómo podría ser capaz de renunciar a la mujer de su vida así como así?. El pensar en Gabriela no le dejaba pensar en nada más. De hecho hasta le estaba afectando en su trabajo.

Llegó el viernes y Gabriela acabó su jornada laboral. Fue a casa de su padre para decirle que no se verían en todo el fin de semana porque tenía que irse a ver a Daniela. Luego quedó con Rosa en que ésta la llevaría a la estación de autobuses. 

Gabriela llegó ya por la noche a casa de Daniela. Antes de tocar el timbre, estaba hecha un manojo de nervios. En el autobús no había parado de pensar en cómo le iba a decir a Daniela que no quería seguir con ella, y justo ahora que la iba a tener en frente, se le había olvidado todo lo que le quería decir. Finalmente se armó de valor y tocó al timbre. 

-Hola guapísima. ¡Tenía muchas ganas de verte!- Le dijo Daniela nada más abrió la puerta. Se acercó a ella y le dió un suave beso en los labios. También la abrazó con muchas ganas. Llevaba muchos días sin verla y se le había hecho eterno. 

-Hola Dani…¿Qué tal estás?

-Ahora que te tengo aquí, muy bien. Pasa. 

Cuando Gabriela entró en la casa, Daniela la abrazó por detrás y comenzó a darle besos por el cuello. 

-Dani...Perdona…-Gabriela la separó de ella suavemente. No quería ser brusca con ella. No se lo merecía. 

-¿Qué pasa, Gabi?- a Daniela le tembló la voz cuando se dirigió a ella. 

-Dani...Yo ...Quiero decirte algo. Algo que afecta a nuestra relación. Voy a intentar ser lo más delicada posible.

-Gabi, ya me lo imagino. Me quieres dejar…¿verdad?

-Si, Dani. Te quiero mucho, y eres una mujer excepcional, pero yo no te he sido sincera en este tiempo- Gabriela se armó de valor y por primera vez intentó ser lo más sincera posible con Daniela- Cuando te conocí, yo aún seguía enamorada de Adriana. Pensé que estando lejos de ella conseguiría olvidarla, por eso me di la oportunidad de conocer a otras mujeres. Y bueno, te conocí a tí y me gustaste muchísimo. Tanto como para tener una relación. Luego me convencí que ya tenía a Adriana olvidada y ya era capaz de rehacer mi vida, pero para mi sorpresa, cuando la volví a ver al regresar a mi ciudad, me di cuenta que no, que para nada la había olvidado. Sigo enamorada de ella. Siento mucho todo el daño que te estoy haciendo...Pero quiero ser sincera contigo porque no te mereces que te haga más daño. Eres una mujer que vales mucho y te mereces ser feliz. 

-Gabi…¿te acostaste con ella en la montaña?

-No, Dani, no me acosté con ella. Ella se acabó yendo por la noche. Ni siquiera se quedó a dormir. Ella y yo no podemos tener nada mientras tú y yo estemos juntas. Pero si estamos cerca una de la otra, sí te tengo que reconocer que saltan chispas. Por eso se acabó yendo antes. 

-Entiendo... Así que tienes intención de volver con ella...Ahora que me has dejado.

-No sé si ella querrá volver conmigo. Sé que aún sigue viéndose con Natalia. En realidad no he hablado con ella. Pero yo tengo que ser sincera con mis sentimientos, contigo y conmigo misma. No puedo seguir así. Sí me gustaría hablar con ella. Mi intención sí es volver con ella. Lo siento mucho Dani, siento que lo nuestro haya acabado así…-Gabriela se echó a llorar. En el fondo le dolió dejar a Daniela de esa manera. Pero por lo menos le fue con la verdad por delante en cuanto a sus sentimientos hacia Adriana. Ya no podía seguir negando lo que sentía por esa mujer. 

-Gabi…¿Puedes darme un abrazo? 

Gabriela sin dudarlo, la abrazó con fuerza y con mucho amor. Esa mujer era un ser excepcional. Aunque sabía todo lo que valía, nunca se podría arrepentir por haberla dejado porque lo que sentía por Adriana era lo más fuerte y puro que había sentido en su vida. 

Adriana había quedado con Alba y Laura en el Luxury

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Adriana había quedado con Alba y Laura en el Luxury. Necesitaba que sus amigas la animaran. Durante la semana había estado recibiendo llamadas y mensajes de Natalia pero intentó darle largas. También era verdad que lo mejor sería decirle que ya no quería volver a tener nada con ella. Así que le mandó un mensaje por WhatsApp diciéndole que iba a estar por el Luxury con Alba y Laura. 

A la media hora Natalia apareció.  Cuando la vio Adriana, les dijo a sus amigas que necesitaba hablar con Natalia y que en un rato volvería con ellas. Se dirigió a la barra donde estaba la enfermera. 

-Hola Natalia…

Natalia se acercó a ella para darle un beso en los labios, pero Adriana enseguida se separó.

-Vaya, Adriana, ¿Qué pasa?¿Por qué me has rechazado?- Le dijo Natalia muy sorprendida. 

-Natalia, lo mejor es que dejemos de vernos. Ahora mismo no estoy pasando por mi mejor momento y necesito tiempo para mí. 

-Ya...Ya sé cómo me dices. No soy tonta, Adriana. Es por Gabriela, ¿Verdad?¿Qué pasó en la montaña si se puede saber?

-Bueno, es por lo que siento por ella. Ella está con Daniela, y se van a casar. Pero yo aún sigo enamorada de ella y la quiero con locura. Lo siento. No veo bien sentir eso por ella y estar acostándome contigo. 

Natalia intentó besarla de nuevo. La cogió por la cintura y se acercó a ella todo lo que pudo para besarla. Llegó a juntar sus labios con los de ella, pero ésta volvió a separarse. 

-¿No me has escuchado? No quiero que me beses más.

-Sí, claro que te he escuchado, pero a mí me da igual que sigas enamorada de ella. Podemos seguir divirtiéndonos como hasta ahora. Total ella se va a casar con Daniela y tú vas a seguir siendo soltera.

-No, Natalia, no quiero seguir con ésto. Lo siento. 

Adriana intentó despedirse de ella pero aún así acabó irritada con la enfermera. A Natalia le costó entender que ya no iba a volver a tener nada con ella. No le cabía en la cabeza que Adriana la rechazara por Gabriela cuando ésta se iba a casar con otra. 

Ahora sí que Adriana y Gabriela estaban solteras para hacer lo que les viniera en gana. Por fin podrían dar rienda suelta a sus sentimientos. Ya iba siendo hora de que se dejaran llevar por lo que sentía la una por la otra dejando todo lo demás atrás y centrándose en ellas mismas. 

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