Primera parte: Yo
_ Hola, llamo por los masajes eróticos. Tu nombre es Leo?
_Buenas tardes. sí, me llamo Leo. Con quien tengo el gusto de hablar?
_Allesia, me llamo Allesia, ya abone a la agencia. me pasaron tu numero asi coordine una cita con vos.
_Ok, te parece mañana a las 20hs?
_Me parece perfecto, mañana a las 20hs entonces, saludos.
_Adiós Allesia.
Llegue a Barcelona, buscando el sueño Europeo, o por lo menos eso podría decirse. La economía en mi país estaba desmejorando año a año, y la mejor decisión fue venirme. Hace dos años, con un compañero de la facultad habíamos pactado, que al recibirnos de profesores de Educación física, iríamos a probar suerte a Barcelona. La idea fue suya, tiene algunos parientes aquí, que le dijeron que con gusto, nos recibirían. Trabajamos durante un año sin gastar nada de dinero en otras cosas. Todo estaba destinado para el viaje. Llego el gran día y fue esperanzador, no solo despegaba aquel avión , sino también nuestro futuro prometedor.
Pero como nada en esta vida es lineal, llegamos a destino y las cosas no se fueron dando como pensamos. La familia, que dijo que nos alojaría todo el tiempo que hiciera falta, solo nos permitió estar un mes. Tuvimos que buscar departamento, lo cual fue bastante complicado, pero logramos hacerlo. No era tarea fácil encontrar trabajo. Después de un mes, de largas filas para entrevistas laborales fallidas y sin un euro en el bolsillo, pensé que lo mejor sería volver a mi pais, le dije a mi madre por teléfono, esperando ser atendido en una farmacia. Al segundo de haber cortado la comunicación telefónica, sentí que me tocaron ligeramente el hombro.
_Disculpa si soy metido, me llamo Iván. Fue inevitable no escuchar tu llamada y creo tener la solución a tu problema.
_Ah! Hola! No hay problema Iván, decime de que se trata?
_Hace un año atrás estuve en la misma situación tuya, casi me volvía, cuando vi en la web un anuncio. Se necesitan masajistas eróticos masculinos, decía. No lo dude un segundo y me puse en contacto. Al mes siguiente ya podía cubrir todos mis gastos y mucho más. Si te interesa puedo darte el email de la agencia, así se pongan en contacto con vos.
_ Buenísimo!, respondí de inmediato. Aunque no sabía muy bien de que se trataba el trabajo, dije que sí, la realidad de mis bolsillos me estimulaba.
Pasaron 10 meses de aquella charla con Iván, y no me arrepiento en haber aceptado aquella sugerencia. Me dedico casi a tiempo completo en dar masajes eróticos, destinados a mujeres de clase social alta y bien acomodadas Son masajes sin penetración, lo cual me quita el rotulo de prostituto. La agencia se encarga de mediar entre la clienta y yo, indicándole que existe una amplia cartilla de masajes, con diferentes servicios disponibles. Una vez, que la clienta realiza el pago, la agencia me contacta, indicándome el nombre de la dama que se pondrá en contacto conmigo a la brevedad, para concretar una cita. Trabajo en total, un promedio de 30 horas semanales y gano mucho más de lo que un profesional podría ganar en un mes arduo de trabajo. Lo que me deja tiempo de sobra para mis momentos de ocio, en donde asisto al gimnasio para mantenerme en forma, comprar ropa de buena calidad para estar siempre a la altura de la circunstancias, en cada encuentro y tomo clases de francés tres veces por semana. Este trabajo es muy exigente en cuanto a estética. Tengo veintidós años, pero de igual manera me cuido asiduamente, ya que, a más clientas, mayor ganancias.
Mido un metro ochenta y cinco, y desde la secundaria siempre me dijeron que soy el típico carilindo. Mis rasgos, marcados y definidos, son muy seductores, o por lo menos eso me dijo la señora que me hizo la primera entrevista para ingresar a trabajar. De ojos grises que contrastan con mi piel morena, manos grandes, pecho erguido y abdominales marcados. _Te va a ir muy bien en este trabajo! Reunís todas las características necesarias para dedicarte a esto! Me dijo mientras se bajaba los anteojos a mitad de nariz, dejando asomar sus ojos por encima de ellos.
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Entre tu cuerpo y mis manos (relatos de un masajista)
RomanceLeo, un joven guapo y joven, viaja desde su país, buscando el sueño Europeo, de trabajo y estabilidad. Llega a Barcelona, y las cosas no se dan como las esperaba, teniendo que ganarse la vida como masajista erótico para damas. Así conoce a Allesia...