THE FIRST ONE

1K 173 52
                                    


Cuando Stiles conoció a Derek tenía 12 años, el cabello aún se le ondulaba si no lo peinaba al salir de bañarse y las rodillas llevaban banditas de distintos personajes porque aún se le olvidaba como estabilizar la bicicleta si lo pensaba demasiado y la sonrisa en su rostro era muchísimo más fácil.

La vida aún no le costaba nada cuando Cora presentó a su genial hermano mayor.

Derek tenía 16 en ese entonces y el crush de un adolescente no significaba nada para él, sin embargo, tenía que admitir que le causaba algo en el estómago cada vez que descubría que Stiles se había unido a la pijamada y lo veía bajar a desayunar con el cabello alborotado y las ganas de ayudar a lavar los platos en las manos desastrosas.

-Derek, necesito un libro de tu biblioteca personal -Stiles tenía todo menos vergüenza y donde a todos les daba pena acercarse al hermano de Cora para él era como hablarle a un cachorro.

-¿Para qué?

Y eso era la entrada perfecta para escuchar alguna teoría que no le habían enseñado en la escuela y que seguramente sería poco apreciada por su maestro, pero que de igual manera debería ser tomada en cuenta porque, aunque no quisieran, estaba bien fundamentada.

A Derek le gustaba escucharlo, incluso tenía que aceptar que le tranquilizaba un poco su voz cuando se encontraban en el bosque.

-Léeme -Le decía Derek con los ojos cerrados y la cabeza recargada en algún tronco.

-¿Estás seguro de que quieres escuchar esto? -Derek movió un poco la cabeza para ver la portada del libro y luego asintió -Ok, fue tu decisión, no es mi culpa si tienes pesadillas.

A Derek se le escapó una sonrisa, tal vez por las palabras del muchacho o tal vez porque le gustaba escuchar su voz.

Stiles comenzó a leer fuerte y claro, sin fingir voces, solamente leyendo tal y como lo sentía e incluso haciendo silencios que Derek respetaba por qué significaba que estaba asimilando la información que contaba el personaje principal.

En realidad, no le contaban a nadie y tampoco pretendían ser los mejores amigos cuando se encontraban en algún lugar, únicamente existían en ese pedazo de tiempo sin pretender nada más, porque así son los mejores secretos, son descuidados y sin la intención de existir.

No era como si lo hubieran platicado un día y hubieran decidido no decirle a nadie, simplemente les había salido tan natural que si en algún momento alguien los descubría ellos solamente sonreirían y no dirían nada.

Ambos tenían eso bastante claro y ninguno tenía miedo.

En el cumpleaños 18 de Derek Stiles fue el último en felicitarlo, se sentó junto a él en el tronco de siempre y le sonrió.

-Te traje esto -Stiles le entregó un paquete envuelto en papel navideño -Puedes tomarlo como regalo de cumpleaños o de navidad.

-Prefiero que sea de cumpleaños -Derek desenvolvió el papel con cuidado. Dentro había un pequeño llavero con forma de oso que al retirarle la cabeza se convertía en una USB.

-Tiene una playlist -Stiles se deslizó hasta quedar sentado en la nieve -Yo mismo la hice, la nombre 'Para Derek' así como las sonatas.

-¿Quieres que considere la playlist una sonata? -Derek le arqueó una ceja.

-Quiero que la consideres igual, que cuando escuches alguna canción te acuerdes de mí y digas 'Oh, Stiles piensa en mí cuando escucha esto en la radio'.

-¿Y si piensas en mi con estas canciones? -Derek levantó el llavero a la altura de sus ojos.

-Me recuerdan a ti -Stiles soltó un suspiro -Por eso las escogí, no hay nada que no se haya dicho antes -Hizo una pausa -O que no haya pensado antes.

The First OneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora