Siempre Estaré Contigo "MaxNat"

Capítulo 1

Narra Max:

Qué increíble es el tiempo, se va tan rápido que parece volar; y eso es porque ya pasó un año desde mi boda con Nat. Justamente hoy, es uno de los días más felices de mi niño, no encontramos en el hospital, esperando a que nazca, ¿pueden creerlo? ¡El hermano menor de Nat!

- Te ves muy nervioso.

- Imagínate, tendré un hermanito.

- Ven aquí, trata de relajarte, tú no estás en la sala de partos.

- Y si estuviera ahí, sería peor para ti.

Es cierto, eso sería horrible, podría estar muriendo de nervios en ese lugar; aunque por otra parte, estaría muy feliz. También lo estoy ahora, el matrimonio de mi suegro y Anny ha sido muy sólido, sobretodo desde que él compró el restaurante y le dio a ella la administración.

Con todo eso del embarazo, ya no la dejó ir y Nat se hizo responsable de ese negocio mientras el padre cuidaba a Anny. Lo último que nos pasó por la cabeza, es que él aún pudiera tener hijos, pero ahí están, siendo inmensamente felices con la llegada de este bebé.

- Te traje un café mi niño.

- ¡Max! - Dice con sus ojitos preciosos.

- ¡Ya basta! Me pones nervioso a mí también.

Sale el médico diciendo que el bebé ya nació después de casi seis horas y aunque fue un parto complicado, ambos están sanos. Mi suegro se desmayó, así que nos dijo que los tres están en recuperación y que nos avisarán cuando podamos entrar a verlos.

Un par de horas pasaron, hasta que nos dijeron que Anny ya estaba en una habitación con su bebé y estaban haciendo unos análisis a mi suegro. Cómo nos dijeron que todo estaba bien con él y que pronto estaría con su esposa, decidimos entrar directamente donde Anny.

- ¡Hola mamá!

- ¡Pincipito! Ven aquí, te presentaré a tu hermana.

Así es, Nat le dice mamá a Anny, desde que regresamos de la luna de miel y ellos se hicieron más unidos que nunca. Me alegra muchísimo que él la vea de esa manera, porque me parece que ella es la figura perfecta de madre que mi niño siempre debió tener.

- Es preciosa mamá, ¿cómo se llama? - Puso su mano sobre su barriga.

- Tu papá quiere que se llame Rosse.

- Rosse... Prometo ser el mejor hermano del mundo.

- ¡A un lado! ¡Ya vine Anny! ¡Amor ya llegué!

- ¡Shh! ¡Papá, asustarás a Rosse!

- ¿Es una niña?

- Tuvimos una niña amor...

Mi suegro corrió a los brazos de Anny, le dio un beso en su frente y otro en sus labios antes de inclinarse hacia su bebé. Se veían tan hermosos, como una familia perfecta y Nat serecostó sobre mi hombro, lo vi un poco melancólico, así que le pregunté:

- ¿Tienes miedo de no vernos así cuando tengamos a nuestros hijos?

- No, solo me preguntaba: ¿mi papá se habrá puesto así feliz el día que yo nací?

- ¡Por supuesto que sí! No tienes idea de lo nervioso que estaba ese día, y cuando te vi, supe que serías mi razón para vivir campeón.

El padre de Nat estaba lejos y mi niño susurró esa pregunta, no entiendo cómo fue capaz de escucharlo desde allá. Pero, con su respuesta lo hizo sonreír, se veía hermoso y más aún cuando se abrazaron y mi Nat cargó a su hermanita.

Narra Nat:

Soy la persona más feliz del mundo entero, tengo al hombre que soñé conmigo, una madre que sí me ama y ahora hasta una hermosa hermana. Mi padre regresó a mi vida, y con las ideas que tuvimos, recuperamos el tiempo perdido entre nosotros; ahora tengo una verdadera familia.

La hora de visita terminó, me enojé un poco porque solo mi papá pudo quedarse en el hospital, pero Max me llevó a cenar. El restaurante ha prosperado con mi padre y Anny a cargo, ni siquiera tuvieron que quitar los paseos en canoa; esos también los mejoraron.

- Este lugar está más hermoso que nunca.

- Agregaron luces neón, el agua parece relucir.

- Y siguen cobrando lo mismo que antes, ¿puedes creerlo?

- ¿Te gusta administrar este lugar mi niño?

- Me encanta, ¿por qué lo preguntas?

- No lo sé, estaba pensando en comprar un lugar para que lo puedas administrar, algo que sea tuyo.

Pedimos nuestra cena, lo mismo de siempre, entonces, él empezó a contarme sobre la agencia de adopción. Ya nos habían programado una cita; pero no entiendo, se supone que las entrevistas deberían de ser hasta que ya nos llamen para ver a nuestros hijos.

Rápidamente comprendí qué hay algo mal con nuestros papeles, no sé lo que sucede, pero iremos mañana. Salimos del restaurante, fuimos directo a casa, Max tiene la manía de excitarme con facilidad, así que es muy sencillo entregarme a sus caricias.

Me molestó que solo fue una ronda, quería que me lo hiciera toda la noche, pero debíamos estar temprano con la Licenciada. Una parte de mí me decía que saltara de felicidad y la otra me decía que empezara a preparar mis pañuelos porque terminaría decepcionado.

- Buenos días Señores Saran, es un gusto conocerles. Pasen por favor.

La mujer se ve dura, no parece que nos vea mal, como si no quisiera ayudarnos; pero su tono tampoco me da tranquilidad. Y como siempre mi corazón no se equivocó, esta señora sacó un expediente con mi nombre, en el cual estaba detallada mi situación con la que fue mi madre.

- ¿Y eso qué tiene que ver?

- ¿Por qué el pasado de mi esposo tiene importancia ahora?

- Señor Saran, usted es abogado; yo soy trabajadora social, así que se lo pondré de esta manera...

Ella comienza a explicarle a Max, que él como abogado tiene que velar porque se le haga justicia a sus clientes. En el caso de ella, debe velar por la estabilidad económica, emocional y mental de los niños; debe garantizar que ellos estarán en buenas manos.

- ¿Usted cree que mi esposo sería capaz de lastimar a un niño?

- No lo sé, y por eso le pido que se haga una evaluación psicológica, que me garantice a mí, que estoy dejando al niño o niña con los padres correctos.

- ¡Esto es indignante!... Yo...

- Está bien Max, me haré la evaluación; pero, ya no quiero que me traigas aquí. - Mencioné con ojos llorosos.

- Señor Nat, perdóneme, no era mi intención hacerlo sentir mal; y como le repito, yo solo debo velar por el bienestar de los niños, en toda buena agencia de adopción, le pedirán esto.

- No se preocupe, entiendo eso, muchas gracias por su tiempo.

Salimos de la agencia y yo me sentía tan mal, que ya no pude contener mis lágrimas: ¡no puedo creer que mi madre sea como una sombra de maldad que me persigue!...