Capítulo 4

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Conocer a estas dos niñas me tiene diferente, pero sobre todo conocer a Vannesa, esa niña tan inocente pero con un carácter del infierno. Me encanta como piensa y que su criterio esta basado en algo, lee mucho y sabe muchas cosas, es tan sonriente que me llega a asustar ¿y como no? Si nunca nadie me había regalado sonrisas tan sinceras como ella, me hace reír con sus ocurrencias y con sus chistes sin sentido. Tiene esa manía de jugar con su cabello inconscientemente y de morder su labio tan sutíl y suavemente, la forma en como baja la mirada cada que le digo que se ve bonita, y como suena su risa más sincera y escandalosa. es sumamente inteligente; el único defecto que tiene es que vive muy lejos... ¿Qué? ¿Qué diablos estoy diciendo? No Ashton, no te puede gustar una niña que vive tan lejos, es imposible. Tu mismo dices que el amor no es la fantasía que todos dicen, ahora imagina a distancia. Tu mismo lo has comprobado, tu sólo tienes novia para no estar solo y para satisfacer las necesidades carnales, no tienes sentimientos por nadie fuera de tu madre, estas confundiendo las cosas.

—Hola Hermoso—llegó Rebeca sacándome de mis pensamientos.

Rebeca era mi futura novia y si, lo acabo de decidir, es hermosa.

—Hola—contesté un poco indiferente. A las mujeres entre más mal las tratas están más a tus pies.
—Estoy lista, nos vamos?
—Claro—le guiñé un ojo mientras tomaba las llaves del coche.

La conocí al mismo tiempo que conocí a Vanne, la diferencia es que Rebeca es de carne y hueso.

Llegamos al restaurante y entramos, era un lugar elegante, pero no tanto. Escogimos una mesa con vista a la calle, todo se veía muy bien y por un momento pensé en Vanne ¿Qué estará haciendo? Ashton ya basta, deja de pensar en ella. Regresando a Rebeca; Dios santo, se ve divina con ese vestido rojo y ese escote tan pronunciado. Hoy le voy a pedir que sea mi novia, sí! Eso haré. Una voz en mi cabeza nombro a Vanne, ¿qué pasará cuando se lo diga? ¿Le gustaré?

—Tierra llamando a Ashton, aquí torre de control—Rebeca me saco de mis pensamientos sorbiendo un poco de agua.
—¿Ah si? ¿Qué te estaba diciendo?—se cruzó de brazos esperando una respuesta.

Bendito mesero.

—Su cena señor.—colocó un plato enorme a mi vista.—Señorita—le guñó un ojo a Rebeca. Ella solo le limitó a asentir un poco ruborizada.

Nos propusimos terminar de cenar para después ir a un lugar un poco más romántico e íntimo. Hablamos de cosas de la vida sin importancia y de lo bien que se veía en ese vestido rojo.

Subimos al coche, le abrí la puerta a Rebeca y camine hasta mi lado del carro, aún sin poder sacarme a Vanne de la cabeza, que insoportable.

Llegamos a mi departamento, subimos por el ascensor y creo que ya era hora de pedírselo.

—Rebeca...—giré mi cabeza para toparme con esos ojos claros.
—Dime Ash...—me regaló una mirada y una sonrisa cálida.
—¿Quieres ser mi novia?—le pregunté sin más rodeos, acariciando sus nudillos podía sentir su nerviosismo.
—!Ay por Dios! Esto no está pasando—ahogó un grito que casi me deja sordo.—Si, si, si, si, si quiero.

Y la besé, despues de tanto esperar este momento, la besé. Fue un buen beso, nada del otro mundo, sin embarg, había alguien que no abandonaba mi cabeza y me empezaba a preocupar.

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⏰ Última actualización: Mar 21, 2015 ⏰

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